El grupo de empresas públicas Tragsa se hará cargo de los primeros trabajos de construcción del parador de turismo de Muxía. El compromiso existe desde hace dos meses. Desde que el alcalde, Félix Porto, lo negoció tras comprobar que los Presupuestos Generales del Estado del 2011 apenas reservaban dinero para las obras, y tras un viaje realizado a Madrid el 29 de octubre para lograr el acuerdo con Turespaña. No obstante, hasta ahora no era público, y será en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) cuando se den a conocer todos los detalles de las obras.
Lo hará el propio regidor, y también el máximo responsable de Turespaña, Antonio Bernabé, además de otras autoridades pendientes de concretar, señaló ayer Porto. El día de la presentación será el 20 o el 21.
El alcalde asegura que la opción de que Tragsa realice las obras directamente es una ventaja, «xa que acurta moito os prazos». Si la obra saliera a licitación habría que esperar al menos un año más, un tiempo exagerado para un proyecto que llevaba camino de eternizarse. Curiosamente, cuando en Madrid se apruebe la última fase de este largo proceso se cumplirán ocho años desde que fue anunciado, en un Consejo de Ministros celebrado en A Coruña en el que el Gobierno de Aznar dio luz verde a un amplio paquete de medidas para paliar los efectos de la marea negra del Prestige . La revitalización turística era uno de ellos, y en este paquete la joya era el parador, además de un plan de dinamización que ya ha concluido, sin continuidad ni creación de patronato.
Un año justo
La segunda curiosidad es que en Fitur se cumplirá justo un año desde que se celebró una larga reunión en la que participó el alcalde y representantes de la Xunta (encabezados por el conselleiro de Cultura, Roberto Varela) y de Turespaña, con el objetivo de desbloquear un proyecto que estaba estancado debido a distintas interpretaciones sobre a qué Administraciones correspondían determinados pagos. Finalmente, y tras algunos momentos de tensión, el Gobierno gallego accedió a pagar los 300.00 euros del coste del proyecto, mientras que el Ejecutivo central asumió la dirección de obra (160.000) y los costes de ejecución.
A lo largo de este año, el arquitecto ya terminó de redactar el proyecto y todo parecía ir al fin sobre raíles hasta que se dieron a conocer los Presupuestos: al parador de Muxía le reservaban solo 100.000 euros, una cantidad del todo insuficiente, y más en el año en el que realmente van a empezar los trabajos. Hasta entonces se habían ido consignando entre 400.000 y un millón de euros, aunque se quedara en nada. Para el parador de Molina de Aragón, en Guadalajara, un proyecto extraordinariamente coincidente en el fondo y en la forma con el de Muxía, le iba peor: las cuentas estatales le daban cero euros. Esta carencia acaba de ser solventada con la aprobación de una enmienda por la que se le dota de un millón de euros para el año próximo. Para el de Muxía no ha habido enmienda a esos 100.000. Porto Serantes cree que no es necesario con la intervención de Tragsa, y que en todo caso tampoco un millón de euros sería suficiente para el volumen de obra.
Además del parador, Porto acudirá a Madrid para presentar un proyecto turístico relacionado con Muxía que, de momento, prefiere no desvelar, ya que aún no se ha cerrado.