Los pescadores de Soneira reclaman medidas contra los vertidos a los ríos

Xosé Ameixeiras
X. Ameixeiras CARBALLO/LAVOZ.

CARBALLO

29 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En A Piroga el alcantarillado va directamente al río Grande. Poco metros más abajo llega el vertido de la depuradora de Baio. La estación de tratamiento funciona, pero como las aguas residuales y las fecales llegan por la misma red, el sistema se satura cuando hay desbordamientos, con lo que la contaminación también llega al cauce fluvial. Junto al puente Lodoso, en A Cacharosa, hay una balsa de decantación de la que el caudal sale sin tratar. Aguas abajo, en O Vadalama, está la captación de la traída de Laxe.

Todas estas cuestiones preocupan al presidente de la asociación de pescadores Río Mar, José Mira, que pide que las Administraciones asuman sus responsabilidades. Y mientras los concellos y otros organismos dejan que la degradación del río Grande continúe su curso, los miembros de la agrupación de aficionados continúan con las campañas de limpieza que emprendieron hace tres años.

Ayer tuvieron una nueva jornada de adecentamiento de los márgenes del río Grande, entre Ponte Lodoso y la zona de la Carballeira de Baio. Había 34 voluntarios desbrozando la vegetación de la vera del cauce, podando árboles y retirando basura. A pesar de su esfuerzo de año a año, siguen apareciendo neumáticos, bolsas de plástico, botellas, botes de bebidas y desperdicios de este tipo. El secretario de Río Mar, Javier Espasandín, prefiere destacar el esfuerzo de los miembros de la asociación, que ayer a las nueve de la mañana, y a pesar del frío, afrontaron una dura jornada de labor con el manejo de motosierras, desbrozadoras de mano, hoces, hachas y horquillas. También instalaron dos pasarelas para que el sendero fluvial pueda ser usado por pescadores y caminantes. El 23 de enero y el 13 de febrero continuarán con otras dos jornadas labor. Un ejemplo de civismo y amor a la naturaleza.