De Roncesvalles a Fisterra con una cruz de 45 kilos a cuestas

La Voz

CARBALLO

26 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«La clavaré en Finisterre, el fin del mundo, y la fijaré con cemento después de haber grabado en ella con mi navaja el nombre de Rosa». El que habla (lo hizo la semana pasada en Diario de Navarra ) es José Miguel González Gil, un extremeño de 63 años que reside en Puertollano (Ciudad Real), que comenzó el Camino de Santiago el día 15 en Roncesvalles. Y lo que dice que va a clavar es una cruz negra de 45 kilos de peso que lleva a cuestas desde que empezó la singular marcha, que no pasa desapercibida.

Quienes han hecho el Camino de Santiago desde los lindes franceses, o sencillamente los hospitaleros de cierta experiencia, están acostumbrados a ver peregrinos muy diversos, incluso extravagantes (o excéntricos), y cargar con una cruz negra no es precisamente frecuente. Él dice que es en homenaje a su padre, que la había fabricado para realizar la ruta, pero falleció antes de que pudiese hacerlo. Como tiene unos meses libres, se ha animado él a reemplazarse. No obstante, añade que si está donde está es gracias a su hermana, su «ángel de la guarda», probablemente la rosa que cita.

No es la primera vez que carga con cruces, ya que es cofrade del Cristo de Medinaceli. Pero no es lo mismo.