Dos milenios después de las primeras prospecciones mineras en el subsuelo de Corcoesto, los obreros se aprestan a regresar a esta parroquia cabanesa, pero no para buscar oro, sino para reconvertir el lugar en un original establecimiento hotelero.
El dirigente empresarial de origen cabanés Eliseo Calviño Lema es el responsable de esta iniciativa, nacida hace ya casi una década, pero que tras varios parones burocráticos, empieza ahora a dar sus primeros pasos en firme y ya recibido el visto bueno de casi todos los organismos públicos implicados.
Su intención es, en una primera fase, reconvertir la Casa da Mina -un antiguo inmueble de piedra levantado durante la transición del siglo XIX al XX y que sirvió de laboratorio y de alojamiento del ingeniero jefe de la explotación minera allá por los años 30- en un hotel rústico de dos estrellas, dotado de 16 habitaciones y un restaurante con capacidad para 200 personas.
La construcción de piedra que aún se conserva -pese a su notable deterioro- y su proximidad con el río Anllóns son solo dos atractivos más de un proyecto muy ligado a la historia de la minería en la Costa da Morte y que permitirá, en un futuro, disfrutar también de otros elementos de la antigua explotación puestos al servicio de los nuevos tiempos. Así, la boca principal del yacimiento se encuentra solo a un centenar de metros del inmueble y podría servir en una fase posterior para albergar un criadero de champiñones. «Es un lugar inmejorable por sus condiciones de oscuridad, agua y humedad», avanza Calviño.
Una pequeña piscifactoría con la que surtir, entre otros mercados, el restaurante del propio hotel es otro de los proyectos de futuro del empresario -y máximo responsable de la Confederación de Autónomos y Profesionales de España (Caype)-, aunque señala también que hay que ir poco a poco. «El proyecto es grande y bonito, para hacerlo realidad hacen falta muchas ganas, dinero y ayuda de las Administraciones», puntualiza. La vieja forja próxima a la casa y la finca de 20.000 metros cuadrados que la rodean son otros de los espacios para los que Calviño ha ideado también alguna ocupación futura.
Los trámites
El hotel rústico ya ha recibido el visto bueno de Augas de Galicia -necesario por su cercanía al río Anllóns- y el Concello de Cabana acaba de abrir el plazo de exposición pública de la licencia de obra solicitada por Calviño, aunque los primeros trabajos de limpieza del inmueble -para evitar nuevos estragos- ya son visibles.
«La idea inicial era que el hotel estuviese listo ya este año, para coincidir así con el Xacobeo, pero los trámites burocráticos fueron lentos, así que la inauguración se retrasará, probablemente, hasta la primavera del 2011», apunta, asimismo, el empresario, tras recordar que sus primeros intentos para recuperar la vivienda se remontan ya al año 2000. «En aquella época -relata-, la Dirección Xeral de Turismo me llegó a conceder una importante subvención, pero tuve que renunciar por las trabas burocráticas del Concello».
Esta vez, Calviño confía en que nada se tuerza y en que el edificio hoy en ruinas se convierta en un futuro próximo en un provechoso negocio, pero también en un recuerdo vivo de la historia de Corcoesto.