La desaparecida de Laxe de 92 años llevaba encima casi 1.500 euros

La Voz

CARBALLO

La hija asegura que tenía la costumbre de andar con importantes cantidades de dinero.

15 dic 2009 . Actualizado a las 11:04 h.

Aurora García Suárez, de 92 años, la vecina del lugar de Reboredo (Nande-Laxe) que desapareció de su casa el sábado por la mañana, sigue sin aparecer. Y, lo que es peor, no hay ni rastro ni ninguna pista de por dónde pudo haber ido, y si la hay, nadie dice nada. El dispositivo de búsqueda, puesto en marcha a las 12.30 horas del sábado, al poco de recibir la denuncia de la familia, se reactivó ayer a primera hora de la mañana con miembros de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Laxe, Policía Local, algunos vecinos y varias patrullas de la Guardia Civil, con perros adiestrados en el rescate de personas. Pero, un día más, sin éxito. María Pose, la hija de la desaparecida, aportó ayer más detalles sobre las condiciones en las que desapareció su madre. Uno de ellos, muy llamativo: la madre portaba 1.450 euros. «Andaba con eses cartos, gustábanlle moito. Aínda llos contara eu. Tíñaos dentro da blusa branca, no seo», dijo (una costumbre muy arraigada entre mujeres de cierta edad). Esta circunstancia la lleva a pensar que tal vez alguien supiese que andaba con dinero y pudieron seguirla para robárselo. Es una hipótesis. Otra más: «A ver se foi un coche a que a pillou na estrada. A ver se a colleron e a tiraron por calquera sitio». Fue se como fuese, todo le parece muy raro. Recuerda la última vez que la vio y habló con ella: «Foi da noite do venres para o sábado. Ceamos todos xuntos, comemos lentellas. Miramos a televisión e sobre as doce da noite fomos para a cama. Pechamos as portas e nada máis». A la mañana siguiente, María se levantó sobre las 8.00, afirma. Poco después, sobre las 9.00, subió a darle el desayuno a su madre, además de un medicamento. Y ya no estaba en ella. Además, las mantas estaban perfectamente colocadas. Se había ido, pero había dejado la habitación hecha. Pese a su avanzada edad, se mueve con facilidad y está en muy buen estado físico y mental. Con ella, además de su hija, viven una nieta y dos bisnietos de cuatro años. Su principal costumbre es desplazarse hasta la casa de alguna vecina para charlar. De dar largos paseos, nada de nada. De ahí que resulte aún más extraña su supuesta marcha.