Andrea Rodríguez Vázquez es concejala de Servizos Sociais en Fisterra. A ella acuden aquellas personas que pasan por situaciones extremas en el municipio en busca de ayudas. Cuenta que, pese a los datos, el volumen de peticiones en Fisterra no es superior al de otros municipios de la zona. Sí percibe este año algunos cambios con respecto a ocasiones anteriores.
Si antes la mayor parte de quienes demandaban la ayuda social eran personas mayores, la mayor parte solas y con escuetas pensiones cuando las había, ahora, además de esos mismos demandantes, también hay jóvenes, parejas que se han quedado en el paro y con hijos, que acuden al Ayuntamiento como último recurso.
La emergencia social, explica Rodríguez, tampoco soluciona problemas de fondo, ya que es un pago puntual. Con todo, cree que en la localidad tampoco es algo muy necesario.
Sobre la posibilidad de que los malos datos económicos de Fisterra tengan más que ver con la economía sumergida y con lo no declarado que con la realidad, la concejala cree que el municipio está, en ese campo, igual que todos. «Economía sumerxida haina en todas partes», afirma.
También cree que puede reflejarse en esas cifras un estilo de vida, el de las personas que viven del mar y lo hacen al día. Ayer, ponía como ejemplo, nadie pudo salir a trabajar al mar, así que nadie tuvo ingresos.
Otras de las causas, apunta, es que en la localidad no hay ningún tipo de industria, algo que también se nota en los niveles de renta.
Este año se notó además, explica, un aumento en el número de demandantes de empleo. La crisis de la construcción pasó también factura a Fisterra. Muchos consiguieron salir adelante por medio del obradoiro de empleo, otros siguen las listas del paro. Pero se trata, dice la concejala, de un mal que no es exclusivo de Fisterra. «A crise afecta ao noso e a todos os concellos», asegura la edila.