La flota de la zona ha capturado este año la mitad de pulpo que en el 2008

CARBALLO

23 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Hasta la última veda, el pulpo era una de las principales especies en las lonjas de la Costa da Morte. Más de 300 armadores tienen esta nasa en el permiso de explotación de sus embarcaciones y hace solo dos años a estas alturas del año las rulas de la Costa da Morte ingresaron por esta especie dos millones de euros.

Desde que en julio pudieron volver a la actividad los naseiros, ha quedado claro que la especie no ha conseguido recuperarse. De hecho, hasta ayer mismo se comercializó en las lonjas de Caión, Camariñas, Corme, Laxe, Malpica, Muxía, Corcubión y Fisterra la mitad del pulpo que se sacó al mercado el año pasado y casi la tercera parte del correspondiente al 2007.

Esta caída en las ventas es reflejo de la ausencia de capturas, lo que ha provocado que hayan aumentado notablemente las multas de la Consellería do Mar relacionadas con esta arte, tanto por la incautación de pulpos de pequeño tamaño como por calar las nasas en el interior de las rías. El principal problema es que los precios no son acordes a la falta de recurso. Las cotizaciones no han despegado, por lo que los ingresos son muy escasos. En lo que va de año se han comercializado ejemplares por valor de 850.808 euros, cuando el año pasado se obtuvieron en las mismas fechas 1.784.605 euros. De hecho, desde el 2004 nunca se había bajado del millón.

Malpica

Especialmente grave es la situación en Malpica, donde es uno de los productos principales. En este ejercicio, las ventas han sido de 260.499 euros, en tanto que en el 2008 se alcanzaron los 548.314 y en el 2007 se llegó a los 732.733 euros. La caída de los ingresos en esta lonja, que había sido la más importante de la Costa da Morte, ha provocado que el pósito se plantee la necesidad de cobrar una cuota a los socios, puesto que la rula ya no es suficiente para financiar todos los servicios.

La falta de pulpo afecta especialmente a la flota artesanal y de artes menores, que tiene pocas alternativas, puesto que en algunos lugares, como en Camelle, hay también escasez de recursos específicos, por lo que la situación económica ha empeorado notablemente. También hay dificultades en Camariñas, donde esta especie era fundamental para las pequeñas embarcaciones, cosa que también ocurre en Muxía.