La guardia costera ha decomisado en el último mes 1.723 nasas para el pulpo

C. V. G.

CARBALLO

18 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ya son 1.723 los artefactos para la captura del pulpo que el servicio de guardacostas de la Consellería do Mar ha decomisado en la Costa da Morte desde la apertura de la veda. La mayor parte eran nasas, pero también había 145 cacharros, que se cogieron en Laxe, donde el año pasado también aparecieron. Todos los aparejos para la captura del cefalópodo fueron encontrados en las rías de Corme y Laxe, de Corcubión y de Camariñas. Según los datos de la Xunta, los decomisos en otras zonas han sido prácticamente inexistentes.

Una de las razones fundamentales de la profusión de incautaciones ha sido el plan contra el furtivismo que las cofradías reclamaron fundamentalmente para el expolio del percebe, aunque todavía no se ha conseguido atrapar a ninguno de los mariscadores que trabajan con bombonas. Sin embargo, la presencia continuada de los guardacostas ha conseguido mantener alejados a los furtivos, pero ha hecho que la práctica de calar las nasas en las rías durante el verano haya costado muy caro a varios armadores.

Alto coste

El que peor lo está pasando es Luis Ferreiro, de Corme, al que la Xunta ha multado con 47.000 euros. A otros les saldrá algo más barato, pero no mucho. Una nasa de madera cuesta 10 euros, por lo que la pérdida total ha sido de 15.780 euros, a repartir entre 4 o 5 barcos. Sin embargo, si los artefactos son de metal, la cifra se va mucho más allá. Una nasa de este tipo vale de 20 a 25 euros, aunque solo la estructura. Con la malla se puede ir a 30 euros, lo que supone un coste de 47.340 euros. Además está el valor de los cacharros, que al ser ilegales no tienen un precio establecido.

Cerca de la costa

El presidente de la Federación Provincial de Confrarías, Genaro Amigo, aseguró que el principal motivo de los decomisos es la falta de pulpo. Explicó que en el verano este animal tiende a acercarse a la costa, por lo que las pocas capturas que hay son dentro de las líneas imaginarias que hay entre los cabos. Amigo Chouciño, que también es naseiro, explica que «é onde está o polbo, e a xente arríscase porque non lle queda outro remedio». Amigo Chouciño reconoció que la Xunta tiene toda la razón al sancionar a estos barcos, pero también dice que «os leva á ruína total».

Mario Traba también es naseiro, pero en Fisterra, y ahora va a la sardina, al xeito, porque no hay pulpo. Lo sabe de todos los veranos, aunque reconoce que este está siendo especialmente duro. Considera, al igual que Amigo Chouciño, que hay que realizar cambios en la legislación para que los naseiros puedan sobrellevar los meses de verano sin estas dificultades.