La crisis deja en la zona más paro, obras sin acabar y menos empresas

La Voz

CARBALLO

13 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La crisis económica está dejando una profunda huella en la comarca. En marzo se superaron los 10.000 parados, una cifra que se une a otros datos negativos: los ganaderos dejaron de ganar 1 millón de euros en dos meses por la bajada del precio de la leche, los precios del percebe se desplomaron y cerraron al marisqueo la costa de Corme y la de Camelle, y hasta se notó un repunte en la emigración, que ya suma 30.000 personas. Son los datos humanos de una crisis que también se nota en el paisaje. Hace más de un mes que los hornos de Ferroatlántica no funcionan, y por primera vez en años no se ven nubes grises elevándose a la atmósfera desde Brens.

Esa es la parte visible de una regulación de plantilla que llevará a sus casas, durante buena parte de los próximos diez meses, a casi todos los trabajadores. Tienen garantizados sus ingresos y su reincorporación, pero no la certeza de que en abril del 2010 la situación haya tomado otro rumbo.

Otra víctima paisajística de la crisis se puede ver al atravesar Vimianzo. El flamante parque industrial, el primero de las comarcas de Fisterra y Soneira y muy demandado por los empresarios de la zona, sigue igual de vacío que cuando se terminó la obra, hace cerca de medio año. Antes de su finalización, el centenar de parcelas tenía pretendientes. Los precios y la situación financiera dejaron aparcado el polígono. No se sabe si el de Malpica tendrá más éxito. El de Cee está en obras y el año próximo se sumará a las ofertas.

Precisamente en Cee se puede ver, en el centro de la localidad, otra víctima de la situación. En el solar de la empresa Lábaro crecen, entre las vigas de cemento, las hierbas. La empresa fue de las primeras promotoras en caer. A un problema urbanístico que retrasó el inicio de la construcción, se le sumó después un concurso de acreedores.

Visto bueno a Lábaro

Lábaro cuenta ya con el visto bueno de la Xunta a una petición de reforma puntual de las normas subsidiarias necesaria para poder seguir adelante con el proyecto. Sus problemas ahora no son legales.

La compañía tiene la voluntad de acabar lo que empezó, pero para ello negocia con entidades acreedoras la financiación necesaria. Mientras no llega, la valla metálica que rodea el solar recuerda que los problemas no han desaparecido.

No es el único proyecto que parece haberse quedado aparcado en Cee. Los reveses económicos han hecho que una actuación de bastante mayor magnitud cayera en el olvido. Del campo de golf nunca más se supo. Por el Ayuntamiento, dice, el alcalde, Ramón Vigo, no volvieron a aparecer los responsables de la empresa. Más de 1 millón de metros cuadrados de Cee pertenecen ahora a una empresa de Levante, lo que no sabe es qué hará con ellos.

La crisis se ha dejado notar también en la actividad económica de la comarca de Bergantiños y ha propiciado ya el cierre de alguna empresa y la consiguiente reacción en cadena. Este es el caso de la compañía pontecesana Excavaciones y Construcciones González Rey, que se ha visto abocada a la suspensión de pagos -y al despido de una veintena de trabajadores- por el cierre de la Fabrimape, una firma instalada en el polígono de O Allo que le adeuda cerca de 300.000 euros. Las deudas de terceros han puesto también en una difícil situación a más de un pequeño negocio de Malpica que había trabajado en algunos de los edificios que están siendo levantados en el municipio animados por el auge turístico de épocas recientes. En la actualidad se encuentran parados un inmueble en la zona de la Atalaia y otro en la calle dos Agros y, en el primer caso, algún proveedor está a la espera de cobrar facturas por decenas de miles de euros.

La crisis ha propiciado, asimismo, que proyectos en tramitación y que recibieron el visto bueno de la Administración, como una urbanización en las inmediaciones de Buño, que ha quedado aparcada, o que la que está siendo ejecutada en la salida del casco de Coristanco hacia Santa Comba marche a un ritmo mucho más lento de lo previsto.