Torera pasó con matrícula el examen de los niños de Baio

Luisa Gutiérrez

CARBALLO

07 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni Torera, ni su domador, Braulio Iglesias, se podían imaginar ayer que tendrían que pasar por un profundo examen, como el que les sometieron los alumnos del colegio de Baio, durante la exhibición caballar promovida por la Asociación Equus Amigo do Cabalo. Pero lo cierto es que la prueba la pasaron con matrícula y, si por los alumnos fuera -a los que parecía que se les había parado el mundo, pues no dejaban de preguntar- se hubieran pasado toda la tarde y parte de la noche en el colegio.

Bajo un sol de justicia, pero bien preparados con sus gorras, los niños vivieron con auténtica emoción la muestra. Durante los primeros minutos, Braulio explicó a los pequeños algunos conceptos claves del mundo equino y las herramientas que utilizan los criadores y ganaderos para domarlos. Fue anunciar el turno de preguntas y una multitud de manos se levantaron de manera enérgica. El criador fue contestando una a una las cuestiones planteadas por los estudiantes, que demostraron estar al día. Examinaron la montura, las herraduras, se interesaron por temas relacionados con la salud de estos animales (como por ejemplo que los embarazos de las yeguas duran aproximadamente once meses) e, incluso, tuvieron tiempo de interesarse por la higiene dental de Torera. «¿Y este caballo se monta?» preguntó con expresividad uno de los más pequeños a modo de indirecta.

Las explicaciones dieron paso a la práctica, en la que Braulio hizo una exhibición que dejó boquiabiertos a los niños que no dudaron en entonar el «ole, ole y ole». A golpe de paso español, piruetas y galope corto, entre otros, los niños siguieron con atención el baile de la bonita Torera. También conocieron lo que es una garrocha, el instrumento que utilizan en el campo para acosar y derribar a los toros.

Al final, los niños pudieron acercarse a la yegua para acariciarla y uno de los más peques tuvo la oportunidad de subirse a ella, acompañado de los aplausos de sus compañeros. José Antonio, que siguió con infinita emoción la actividad, tuvo el privilegio de montar al animal. Pero aquí no se acaba todo, pues los alumnos no olvidan. Braulio prometió volver al cole con un grupo de ponis y unas carretas, para repetir la actividad. Que no se olvide porque en el Labarta Pose lo esperan con los brazos abiertos.