La casa natal del héroe de Cuba larachés está en Montemaior

La Voz

CARBALLO

20 ene 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

José Rama Varela, uno de los dos héroes españoles de la Guerra de Cuba naturales de la comarca (el otro, Antonio Cancela, era de Coristanco, muy probablemente de Oca) había nacido en una casa que aún se conserva en Santa Margarita de Montemaior. En concreto, en la plaza central, próxima a la iglesia.

El dato lo aportaron ayer el alcalde, José Manuel López Varela, y el concejal Jesús Souto Pena. Se da la circunstancia de que, recientemente, el actual titular del inmueble, que lleva muchos años deshabitado, ha solicitado su restauración, de ahí que se haya iniciado el expediente correspondiente. En el frontal de la vivienda figura, desde hace décadas, una placa que recuerda la gesta de Rama. Está ya un poco deteriorada, pero se lee sin problemas en las letras grabadas en el mármol que fue colocada por el Ayuntamiento para «honrar la memoria» del soldado, que había nacido en 1874. Falleció, en 1895 (por tanto, con 21 años), defendiendo un fuerte al lado de la vía férrea de Holguín, fuerte que al final acabaría denominándose Rama-Cancela en honor de los dos soldados, que dejaron allí sus vidas luchando contra las tropas cubanas, opositoras a la colonia española.

Además de los cuadros que recrean la acción, la foto del homenaje brindado a los padres de los fallecidos en 1912, las canciones y numerosas alusiones que aún perviven en la Infantería de Marina (cuerpo al que pertenecían los militares), un artículo del coronel José Gil Gundín en el Boletín de Infantería de Marina del 2005 recoge la foto del grupo de soldados apostados junto al fuerte, aunque sin identificar.

Hasta allí había llegado el infortunado (luego, exaltado con todos los honores) desde la humilde casa larachesa. Manuel Costa Calvo es un vecino de Montemaior que conoció bien la vivienda, porque un hermano suyo tuvo en ella una taberna. Tiene 80 años, y dice que recuerda allí aquella placa «de toda a vida», ya de antes de nacer él. Probablemente fue colocada al poco de que los padres recibieran el homenaje. Manuel recuerda la vivienda como «moi estreita, e moi fonda. Fora duns panadeiros». Algunos familiares lejanos de aquel chaval quedan aún por la zona, asegura.