María José Sante imparte clases de Ciencias en el instituto Isidro Parga Pondal de Carballo. Esta bióloga está muy involucrada en la actividad del centro, ya que trabaja de forma directa con sus alumnos en diversos proyectos educativos. Dice que en sus años de docencia ha vivido situaciones muy difíciles. En alguna ocasión, una alumna le confesó que creía estar embarazada. «No sabes qué hacer, en realidad, en estos casos te puedes meter en un problema con la familia, pero no puedes perder la confianza del joven y darle de lado. Creo que estos conflictos se resolverían con la existencia de un centro de planificación familiar. Los alumnos necesitan un lugar al que poder acudir cuando se encuentran ante un problema». Y añadió: «En un instituto se vive de todo, los docentes escuchamos cosas, a veces, que nos dejan alucinados. Por desgracia, el sexo continúa siendo un tabú para muchas personas y eso repercute en los jóvenes. Por eso, creo que es de vital importancia una prestación como esta en la comarca», aseguró Mosquera.
La docente cree que uno de los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes son los falsos patrones. «La publicidad provoca mucha confusión y algunas series de televisión son nocivas para los jóvenes, que en la mayor parte de las ocasiones se quedan con mensajes equivocados. Soy de las que apuesta por la información y cuanta más, mejor», apuntó.
María José Mosquera es una de esas docentes que sabe cómo ganarse a sus alumnos. Para ella, estudiar es mucho más que memorizar contenidos y, por eso, intenta que sus clases puedan servir también para transmitir ciertos valores. «La educación para la salud es imprescindible en la formación, te permite ofrecerles información, para que sepan interpretar todos los mensajes que les llegan, porque falla en numerosas ocasiones. Hay alumnos que no saben lo que es el sida, ¿cómo pueden ignorar esto chavales de 13 años? Todavía tenemos mucho camino por recorrer», concluyó la docente.