Una «enorme bola de fuego» causó el pánico en Valenza

CARBALLO

La mayoría de las casas de Castrobó (Coristanco) se quedaron sin teléfono y sin televisión por la tormenta del pasado viernes

27 may 2008 . Actualizado a las 10:51 h.

Nadie en Castrobó recuerda una tormenta semejante. Han pasado ya cuatro días desde que un trueno descargó sus rayos sobre este lugar de la parroquia de Valenza, en Coristanco, y los vecinos todavía no se han repuesto del susto. Y no es para menos. El rayo -o bola de fuego, como cuentan allí- que cayó el pasado viernes por la mañana, lo vieron con sus propios ojos, lo sintieron en sus propias carnes y aún hoy sufren sus consecuencias. De hecho, el olor a chamuscado todavía persiste en el ambiente desde la misma entrada del pueblo.

Pasaba de las nueve de la mañana, cuando un rayo se descargó en esta aldea y dejó sin televisión ni teléfono a la práctica totalidad de vecinos. Rosalía Longueira fue testigo de esta caída. «Estaba mirando pola ventá da miña casa porque quería saír fóra, e estaba esperando a que pasase o trono. E entón vin descender o raio, que non era un raio, era unha bola de lume do tamaño dunha casa. E o estrondo foi tremendo. O primeiro que pensei é que aquelo matara a algunha persoa ou animal», explica todavía atemorizada. Además, cuenta que, en ese momento, el olor a quemado y el humo inundó todo el pueblo.

Una onda por la espalda

Y el rayo cayó sobre la esquina del bar-panadería Valenza. Allí estaba, a tres metros del lugar donde se descargó, Carlos Reino, colocando el pan en el coche. «Tiven moita sorte de non quedar ferido, porque reventou todo, e os cadros de luz e os cables saltaron varios metros e chegaron ata a estrada. Ademais, non deu tempo a que se fixera lume, porque chovía tanto que só quedou unha enorme fumareda», explicó.

Dentro de la casa se encontraba en esos momentos María Oliva Veciño, que todavía no se ha repuesto del susto. «Eu estaba botando o pan nunhas cestas e notei como unha onda ou unha corrente subía polas miñas costas cando caeu o raio. Pero o peor foi o ruído. Eu non sei como non quedamos todos xordos con ese estoupido, porque foi como unha bomba», contaba ayer esta vecina.

En este establecimiento quemó varios electrodomésticos, dos televisiones, el ordenador y una cadena musical, además de los cuadros de la luz y el canalón del tejado. En este lugar tienen también placas solares que, sin embargo, quedaron intactas y no sufrieron ningún daño. Estos paneles tienen toma de tierra.

Teléfono en pedazos

Enfrente del bar está la vivienda de Alxiña Baña, donde también sufrieron serios daños a pesar de que, previamente, habían bajado los automáticos. Se fundieron las bombillas, se quemó el televisor, y el teléfono quedó roto en pedazos, tirado en medio del pasillo. «Aquelo non parecía cousa deste mundo, estaba todo escuro, chovía moitísimo, e tiven que tapar os oídos polo tremendo ruído que facía. E quedou un olor a queimado que parecía xufre. Tivemos que abrir todo para ventilar, porque se non afogabamos», señaló esta mujer.

Todavía no está reparado

Pero no fueron los únicos afectados. De hecho, la mayoría de vecinos se quedó sin teléfono y sin televisión. Algunos de los aparatos tienen arreglo, aunque costoso; otros, están completamente quemados.

En cuanto al teléfono, algunos vecinos ya han recuperado la línea. Además, explican que los técnicos de Telefónica llegaron el pasado viernes y trabajan a diario durante muchas horas en la centralita que hay en el centro del pueblo para reparar las averías.