Cultura sufraga la catalogación de pecios en la ría de Corcubión

La Voz

FISTERRA

26 mar 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los trabajos de catalogación de los pecios submarinos de la ría de Corcubión, la bahía de Fisterra y el entorno del Cabo, comenzarán en las próximas semanas, o incluso meses, según señaló un portavoz de la Consellería de Cultura, que es el organismo, a través de la Dirección Xeral de Patrimonio, que sufraga los trabajos. El proyecto, encargado a la empresa Archeonauta, de Miguel San Claudio Santa Cruz, está pendiente de la autorización final. El propio San Claudio, que en la actualidad realiza en el mismo entorno un trabajo encargado anteriormente, espera que las labores puedan comenzar en breve.

Esta actuación forma parte de un plan diseñado por Cultura para realizar un inventario general del patrimonio subacuático gallego, especialmente en las zonas que, por la abundancia de naufragios a lo largo de la historia, es más numeroso. El proyecto camina en dos direcciones: la recopilación archivística o bibliográfica de todos el material referente a flotas, pecios o hundimientos, y la localización física y concreta de muchos de ellos.

San Claudio estima que, con el documento en la mano, su empresa podría realizar entre 40 y 50 inmersiones, que no dan para un trabajo exhaustivo, pero sí para sacar a la luz numerosos testimonios materiales de tormentas, batallas y, en definitiva, historia de naufragios en la zona. Los resultados y objetivos de estas labores serán, sobre todo, dos: conocer el patrimonio y protegerlo. De hecho, ya ha habido casos de quien ha intentado, o ha logrado, llevarse ejemplares históricos.

La riqueza de la zona es conocida por los mariscadores o por empresas especializadas como Buceo Finisterre, que organizan cursos de buceo y dan la posibilidad de conocer qué se oculta bajo los fondos marinos.

Alguna de las piezas observables tienen más de cuatro siglos, como ocurre con los restos de la flota de Martín Padilla, en la que llama la atención, entre otros elementos, una rueda de un cañón de artillería que transportaba uno de los galeones. A pesar de ser en gran parte de madera, su estado de conservación es excelente, como explica uno de los dos responsables de la empresa, José Fernando Carrillo, que ha fotografiado y colgado en su web numerosos restos visibles en las inmersiones.

Por su parte, Francisco Caamaño, presidente de la agrupación de buceadores que se dedican al longueirón, coincide en que se trata de una zona con un amplio patrimonio: «Si que hai moitos restos. Eu mesmo teño localizado un galeón inglés. Hai por moitos sitios, por Estorde, por Caldebarcos... Mesmo no Ézaro, algunha vez, cunha vaga de mar moi forte tense levantado a area e aparecer restos a pouca profundidade, se cadra de catro ou de cinco metros, e algunha moeda posiblemente de ouro. Pero, cando xa pasa, a area cubre todo de novo e xa non se sabe onde estaba o sitio».