La trama que asusta a Cádiz tiene corazón pobrense

María Hermida
MARÍA HERMIDA LA VOZ / RIBEIRA

BARBANZA

El fraude enfrenta a PP y PSOE y cada día suma ramificaciones

14 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Alejandro Manuel Dávila Ouviña. Hasta hace unos días, posiblemente, ese nombre fuese desconocido para muchos barbanzanos. Ahora, difícilmente les pasará desapercibido. Cada vez son más los datos que sitúan a este hombre, vecino de A Pobra y que actualmente permanece en prisión preventiva, como supuesto cabecilla de una trama que se dedicaba a conseguir subvenciones para poner en marcha unos proyectos empresariales que finalmente no se llevaron a cabo. La red, aunque tenga extendidos sus tentáculos por distintas comunidades, tenía como centro de operaciones Cádiz. Precisamente, una de las cuestiones que llama la atención es cómo este pobrense que en su localidad natal pasaba por ser el dueño de una modesta gestoría fue visto en Andalucía como un inversor de primera fila.

¿Cuándo y por qué Dávila Ouviña empezó a operar en Andalucía?

No está claro al 100% la fecha en la que las jugosas subvenciones que se estaban dando a emprendedores de Andalucía a través de distintos planes -casi todos pensados para fomentar el empleo- atrajeron a Dávila Ouviña al sur, pero de lo que sí hay documentación es de que en el 2009 este hombre ya se había hecho un nombre en el bastión socialista por excelencia. No en vano, en ese año aparece ya en una fotografía junto a un destacado miembro de la Junta andaluza anunciando un proyecto millonario que, como casi todo lo que rodea a este pobrense, era tan solo humo de pipa.

¿Qué artimañas usan los componentes de la trama para ir captando subvenciones?

Está claro que aunque es Dávila Ouviña el que está en el ojo del huracán -pese a que hubo más detenidos solamente él y un empleado suyo permanecen en prisión- la supuesta red fraudulenta es mucho más extensa. De hecho, fuentes judiciales aluden a la complejidad que tiene. Al parecer, Dávila Ouviña y compañía estaban bien asesorados. Tanto, que incluso pagaban el IVA de facturas falsas para no tener problemas con Hacienda y que la rueda siguiese girando. Eso sí, en sus devaneos se les debió ir la mano en una cuestión: el domicilio que figura en la mayoría de las empresas investigadas es el mismo. Se trata de un restaurante cuyo propietario es un vecino de Muros que dice no tener nada que ver con este asunto. Se da la circunstancia de que un hermano suyo sí aparece ligado a Dávila Ouviña en distintas compañías. Su nombre es Segundo Lino Lago Rodríguez. Eso sí, esta última persona no consta como detenida y este periódico intentó sin éxito contactar con él. Tampoco se sabe si está siendo investigado. Fuentes de La Voz de Cádiz apuntan a que permanece en paradero desconocido. Su hermano, el propietario del restaurante donde están inscritas las empresas, rehusó a hablar sobre Segundo.

¿Cuáles son las fechas claves de la investigación?

Uno de los momentos claves tuvo lugar a mediados del mes de julio, cuando el Ministerio de Industria le reclama algo más de catorce millones de euros a empresas entre cuyos responsables se encuentra Dávila Ouviña. Le pide el dinero por no haber llevado a cabo los proyectos para los que había sido destinado. El Ministerio no sabe cuándo podrá recuperar esa cantidad. Otro de los momentos álgidos tuvo lugar el día 6 de este mismo mes, cuando el empresario pobrense y un empleado fueron enviados a prisión provisional. La investigación sigue abierta en Cádiz y es probable que haya más detenidos.

¿A qué cantidad asciende el fraude?

De momento, en un complejo sumario de 150 folios se habla de 22 millones. Pero la investigación, que se lleva desde Andalucía, continúa abierta y por tanto aún podría salir a la luz que Dávila y compañía lograron ayudas en más lugares o por más importe. Lo más sangrante es que ese dinero, o al menos gran parte de él, salió de un plan que buscaba paliar el desempleo.

¿Cómo empezó a saberse de esta turbia red?

Fue en marzo, a raíz de un problema con un aval bancario, cuando empezó a oler mal. La Junta de Andalucía puso el caso en manos de la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales. Solo unos días después, informó también a la fiscalía. Meses más tarde, el director del plan para reindustrializar la Bahía de Cádiz, un hombre cuyo cargo dependía de la Junta de Andalucía, presentó su dimisión entonando el mea culpa. De poco le valió al PSOE que un miembro de una familia bien conocida en las filas socialistas se marchase a casa. El PP empezó a atizar duro. Y presentó una denuncia ante la fiscalía por estas irregularidades.

¿Qué se dice en A Pobra y Muros de este asunto?

En A Pobra algunos saben bien que Dávila llevaba tiempo jugando con fuego, a otros, su detención les cogió de sorpresa. Dicen que días antes paseaba tranquilamente por Cabío. Por su parte, en Muros levantó gran expectación que las empresas investigadas tengan el domicilio en el restaurante de un paisano, llamado Rodrigo Lago Rodríguez. Tanto él como su hermano Segundo, socio de Ouviña en algún negocio, son muy conocidos. Por otra parte, empresarios de la zona que hicieron inversiones en Cádiz temen que esta trama empañe su imagen.

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