Las dudas se ciernen sobre algunos expedientes archivados

La Voz

BARBANZA

23 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

En ocasiones, la falta de pruebas contundentes sobre la existencia de un crimen provoca que las investigaciones se den por concluidas. Un ejemplo es lo ocurrido en Ribeira hace tres años, cuando fue hallado muerto Ramón Lustres, conocido como Moncho Farelo. La hipótesis del homicidio estuvo presente en las pesquisas policiales desde un primer momento, aunque también se barajó un accidente, pues el hombre falleció tras caer desde un quinto piso.

El suceso derivó en la detención de tres personas, que posteriormente fueron puestas en libertad sin pasar por el juzgado. Aunque la Policía Nacional mantuvo abierta la investigación durante un tiempo, finalmente se sobreseyó el caso, al considerar que no había pruebas concluyentes que llevasen a pensar en una muerte provocada.

Por cerrado se dio también el caso del fallecimiento de la joven noiesa Gloria García, de 20 años. Apareció apuñalada en la vivienda familiar el pasado mes de mayo. La investigación concluyó cuando el ex novio de la víctima, Miguel Hervella, fue hallado muerto en el interior de su vehículo. Todo indica que se suicidó inhalando los gases del coche.