Ribeira: la calle arde en fiestas, locales repletos de gente animada, y las atracciones llenándolo todo con su música contundente. A dos kilómetros una puerta se abre de forma brusca mientras se oye una voz enfundada en un traje azul: «varón, 21 años, accidente de tráfico, politraumatizado, inconsciente, no cogemos tensión, fractura probable de ambas piernas». Se encuentra en un puesto de atención de pacientes críticos.
Todo el servicio de urgencias se mueve de manera precisa. Mientras tanto, otra persona del equipo dice: «abdomen distendido, hay que hacerle una ecografía urgente. Sueros a chorro. Necesitamos sangre». En esta vorágine de profesionales sanitarios, en el medio, estás tú. Sí, tú que ahora estás leyendo que la prima de riesgo española ha rebasado los 400 puntos básicos, que estás tomando tu aperitivo tranquilamente. Tú, que quizás no seas un miembro activo de una ONG. Pues tú eres hoy el héroe anónimo que no va a salir en la prensa mañana, pero tú has donado sangre, y hoy un chaval de 21 años te debe algo más que un apretón fuerte de manos y una sonrisa franca. Hoy te debe la vida.
La transfusión de sangre o sus derivados se ha convertido en una parte esencial de la asistencia sanitaria. Cada día en Galicia se precisan 500 donaciones, especialmente en los meses de verano en el que se produce un efecto contrapuesto entre el aumento de las necesidades por el incremento del número de víctimas por accidentes de tráfico y la disminución de las reservas de componentes sanguíneos por la reducción del número de donaciones, llegándose en algún caso puntual a niveles mínimos que comprometen incluso la actuación frente a situaciones de emergencia.
Para hacernos una idea de dichas necesidades tan solo tenemos que pensar que cada día se atienden una media de más de 3.000 urgencias, se realizan 500 intervenciones quirúrgicas y tres trasplantes de órganos o tejidos en nuestros hospitales. Pero también se precisa para realizar transfusiones periódicas.
El índice de donaciones recomendado por la OMS para el autoabastecimiento es de 40-60 donaciones/1000 habitantes y año, encontrándose Galicia dentro de estos niveles aunque en nuestra área de Barbanza dichas cifras no se han logrado alcanzar, agudizándose el problema ahora en verano.
Si se tiene entre 18 y 65 años, se pesa más de 50 kg y se goza de buena salud, se puede realizar uno de los actos más altruistas y el único medio para obtener sangre que es donarla. Debemos pensar que por cada donación de 450 ml de sangre es posible salvar hasta tres vidas, y cada día se calcula que salvan su vida gracias a las transfusiones 75 personas en nuestro país. ¡Sé un héroe anónimo! ¡Hazte donante de sangre!