Los milagros de Fátima también se celebran en Queiruga

Javier Romero Doniz
Javier romero NOIA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Un vecino sonense promueve una novena para agradecer a la virgen sus «atenciones»

15 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Sin la menor intención de quitar protagonismo al santuario luso de Fátima, esta Virgen tiene desde hace tres años una cita que sus promotores esperan que se repita anualmente con motivo del día del año que lleva su nombre. La parroquia sonense de Queiruga es el escenario de esta muestra de fe que esconde una bonita y curiosa historia humana detrás.

Su protagonista es Francisco Pouso, un vecino de Queiruga que después de muchos años trabajando en el mar regresó a este punto del litoral sonense para disfrutar de su jubilación.

Todo arrancó hace más de diez años, cuando Pouso comenzó a padecer una hernia discal que le hizo imposible continuar realizando su actividad. Fue en el año 2001 cuando, después de varias pruebas y estudios, decidieron operarlo, no sin que antes el enfermo se encomendase a la virgen de Fátima para que le ayudara. «Fue algo increíble. No sentí ni dolor ni nada. La operación salió perfecta y yo pude seguir practicando mi oficio», explica este devoto.

Una vez superado todo el trámite, Francisco Pouso viajó a Fátima para honrar a la santa y comprar una imagen: «Estando allí le prometí que si me ayudaba a seguir trabajando hasta la jubilación yo le sabría agradecer todo».

Dicho y hecho. Desde que Pouso se jubiló y se instaló en Queiruga procedente de A Coruña, organiza una novena y un rosario cada 13 de mayo, día de la virgen de Fátima. El viernes pasado fue la tercera vez que se celebró este acto, que concluye con una misa en la iglesia de San Esteban de Queiruga.

En esta ocasión fueron unas 200 personas las que asistieron a la cita: «No tuvimos mucho tiempo de avisar a los vecinos de lo que estábamos preparando, ya que por motivos personales estuve fuera unos días y no pudimos colgar carteles».

Aún así, una prueba de que esta cita en Queiruga va a más no se mide solo en el hecho que de cada año acudan más fieles, sino que en esta ocasión, y por primera, vez tres niños de la zona se vistieron de pastores para recrear a los que vivieron el milagro de Leiría para hacer una ofrenda floral a la virgen.