09 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
A los políticos les cuesta tomar medidas claramente impopulares. Y subir el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o, lo que es lo mismo, la contribución, es una de ellas. La modificación de esta tasa suele conllevar una polémica social y, por tanto, pasan años y años y los concellos apenas las incrementan, aunque eso les suponga dejar de ingresar dinero. De hecho, si se comparan los porcentajes que aplicaban los ayuntamientos en el 2010 con el gravamen actual se ve que apenas sufrió modificación.
Claro que no cambiar la tasa no es sinónimo de que los vecinos no vayan a pagar más. Porque eso también depende de las actualizaciones del catastro.