Tomé dejó la alcaldía entre aplausos y llamando «cancro» a Quintáns

BARBANZA

Xoán Pastor, el nuevo regidor sonense, se comprometió a hacer bandera de la honradez, el trabajo y el diálogo

19 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque el guión marcaba que los dos protagonistas del día histórico que ayer vivió Porto do Son fuesen el popular Manuel Tomé, que dejó la alcaldía tras más de dos años empuñando el bastón de mando, y Xoán Pastor Rodríguez, el socialista que le relevará en el cargo, la realidad no fue exactamente así. El ex regidor Ramón Quintáns capitalizó buena parte del pleno en el que se consumó la moción de censura de los ediles del PSOE y el BNG contra el alcalde del PP. Y no solo por el hecho de que, quizás, fuese él quien realizó la intervención más larga, sino porque fue el que se llevó más abucheos del público y a quien el regidor saliente dedicó las palabras más duras. Tomé acabó diciéndole que es «o cancro de Porto do Son».

Tras el secretario, Ramón Quintáns fue el primer edil en tomar la palabra. Fue una intervención aséptica, que solo buscaba que se estableciese un tiempo determinado para cada discurso. Sin embargo, ya dio pie a gritos por parte del público. En aquel momento, varias mujeres del respetable que decían cosas como «xa ten que falar o paiaso de sempre», «xa se ve quen vai mandar» parecían personas anónimas. Pero fueron tantas las veces que sus gritos se escucharon que, al final, todo el mundo las tenía más que identificadas. De hecho, por los corrillos se comentaba una y otra vez «Tomé trouxo á familia para que berrase». Entre quienes vociferaban estaban también algunas concejalas del PP barbanzano.

Alboroto continuo

Ellas, al igual que otros asistentes, no solo encontraron motivo de pulla en el hecho de que Quintáns fuese el primero en hablar. También arremetieron contra que Pastor Rodríguez cediese su turno de palabra y no abriese la boca hasta después de la votación. Y sus gritos aislados fueron a más, a mucho más, en cuanto Tomé tomó la palabra.

El suyo no fue un discurso blando. Tuvo frases emotivas para sus compañeros, sonó amable cuando habló de la ilusión que derrocharon, pero los ataques contra Quintáns y contra la persona que le iba a sustituir acabaron agriando sus palabras: «Que triste que un futuro rexedor non defenda o seu proxecto, aí vese a debilidade do seu proxecto», le espetó a Pastor Rodríguez por no haber intervenido. Y, luego, dijo de Quintáns: «Será o alcalde na sombra». Un aplauso cerró su última intervención como mandatario.

Le tocó entonces el turno a Quintáns, que tampoco fue suave. Empezó indicándole a Tomé que «é moi triste ver que sexa a túa irmá a que veña alborotar o pleno». Luego, dijo que le iba a explicar al PP el por qué de la moción con el abecedario en la mano. Acto seguido, con cada letra del alfabeto, señaló los que a su juicio fueron fracasos de gestión en obras, servicios y, sobre todo, en el trato a los vecinos. Mientras hablaba, no faltaron los constantes abucheos; los insultos por parte del público; los gritos de «ladrón», «cálate xa» o «mentireiro». Pero Quintáns tampoco se dejó atrás una buena retahíla de duras alusiones a Tomé, que se resumen en dos frases: «As ratas só están no seu cerebro» y «non vai pasar á historia como o alcalde máis breve, senón máis corto».

Tras su discurso y después de las intervenciones de BNG e independientes, tocó votar. Y ahí sí se cumplió el guión. Con los votos favorables de PSOE y BNG, la abstención de los dos grupos independientes y la oposición del PP, salió adelante la moción de censura. Ya con el bastón de mando en el poder, al fin habló Pastor Rodríguez. Primero lo hizo entre abucheos, pero el tono solemne que imprimió a su discurso acabó acallando la mayoría de las voces críticas. Y, ya sin apenas ruido de fondo, entró en la nómina de alcaldes sonenses prometiendo tres cosas: trabajo, honradez y diálogo.