Pese a la intensidad de las labores de rastreo y búsqueda que se llevaron a cabo en los días posteriores al naufragio, solo se recuperó uno de los cinco cuerpos, el de Antonio Romero Torres. Tampoco llegó a plantearse nunca la posibilidad de reflotar el barco, aunque alguna empresa de la comarca se ofreció a intentarlo.
Los marineros que aquel fatídico 24 de marzo de 1986 salieron a faenar recuerdan que había temporal, de hecho, todos los barcos de Porto do Son menos el Volverán regresaron a puerto antes de que acabara la jornada de pesca para cobijarse. Sin embargo, están convencidos de que hoy en día la tragedia podría evitarse. Ahora hay medios, como radiobalizas y chalecos salvavidas, inexistentes entonces y, además, en el muelle sonense tiene su base una lancha de salvamento.