Las carreteras barbanzanas volvieron a vivir una auténtica jornada de ciclismo con motivo de la celebración de la decimoséptima edición de la Volta ao Barbanza, noveno Memorial Luis Resúa, valedera para la Copa del Porvenir sub-23. El corredor Alberto Morras, de Seguros Bilbao, fue el ganador de la carrera de este año, tras imponerse al esprint a su compañero de escapada, David de la Cruz.
En la presente edición participaron veinte equipos, de los cuales siete tienen su sede en la comunidad gallega.
Tras la salida neutralizada por el casco urbano de Boiro, el pelotón arrancó en serio en Cimadevila con dirección a Rianxo, donde había instalada una meta volante, para seguir hacia Isorna, Alto de Bexo (montaña), Araño, Taragoña, Boiro, Escarabote (donde había instalado un esprint especial), A Pobra, Ribeira (meta volante), Noia, Tállara, subida a Moimenta (puerto de montaña), descenso a Boiro pasando por Espiñeira, para continuar hasta Ponte Goiáns y doblar por la carretera de Noia y coger la desviación hacia el alto de Iroite de once kilómetros, y que volvió a ser clave para el desarrollo de la prueba.
Primeros escarceos
El recorrido era muy similar al de ediciones anteriores y los deportistas tuvieron que superar los 146,5 kilómetros en menos de cuatro horas. La carrera tuvo un ritmo trepidante durante la mayor parte del recorrido, pues se superaron los 40 kilómetros por hora de media.
La serpiente multicolor parecía que tenía prisa por rematar la prueba. Nada más salir de la localidad boirense, uno de los deportistas pedaleó en solitario durante unos cinco kilómetros, siendo absorbido por un grupo de siete corredores, entre ellos, Nelson Oliveira, el más combativo durante toda la mañana, del Cidade de Lugo, y que al final entró en el puesto 14. Los escapados recorrieron juntos unos veinte kilómetros hasta los pies del puerto de Moimenta, donde quedaron cortados seis.
El vencedor, Alberto Morras, mantuvo un bonito duelo con su compañero de fuga, David de la Cruz, del ECP Freebike hasta cruzar la línea de meta.
Ambos corredores se plantaron en solitario en las primeras rampas del monte Iroite, donde se produjo la principal criba, pues el pelotón era un auténtico rosario de deportistas subiendo como podían las rampas del principal puerto de montaña, y que como en ediciones anteriores, volvió a ser decisivo para el desenlace final de la prueba.
Cuando la carretera miraba hacia abajo y los ciclistas enfilaban ya la meta, que se encontraba a tan solo veinte kilómetros del último puerto, los dos escapados y un grupo perseguidor de 17 corredores mantuvieron un bonito duelo, pues mientras los de delante intentaban mantener las distancias, los de atrás apuraban sus opciones para darles caza y poder disputarles el primer puesto.
Entre los perjudicados por la dureza de la prueba cabe destacar al líder de la Copa del Porvenir, Salvador Guardiola, que quedó descolgado en las primeras curvas empinadas del monte Iroite, y que entró a más de tres minutos de los dos primeros, en el puesto 35.
Medio tubular
La diferencia entre los dos primeros y el grupo perseguidor estuvo en todo momento entre los 15 y 30 segundos. A pesar del esfuerzo realizado por los 17 corredores que iban en su captura, Morras y De la Cruz se plantaron en la calle Principal solos y para disputarse al esprint el primer puesto del cajón de los ganadores de esta edición.
Los organizadores tuvieron que recurrir a la tecnología para conocer el vencedor del Memorial Luis Resúa, siendo el galardón para el corredor del Seguros Bilbao, que se impuso a su compañero de fuga por tan solo medio tubular, suficiente para llevarse esta edición.