Vecinos de Rubiáns se movilizan para frenar la reforma de la plaza de O Souto

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA/LA VOZ.

AROUSA

21 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No es la obra de El Escorial, pero a este paso finalizarla llevará su tiempo. Después de varios meses de polémica y continuos intercambios dialécticos, el Concello de Vilagarcía y la asociación de vecinos de Rubiáns enterraron en marzo el hacha de guerra sobre la reforma de la plaza de O Souto. Un acuerdo entre ambas partes sobre la intervención a desarrollar en el campo de la fiesta de la parroquia parecía poner fin a una reivindicación que cubrió todos los frentes, incluido el del pleno municipal. Sin embargo, ahora que las máquinas se encienden para materializar el proyecto, el conflicto rebrota. Y amenaza con cobrar incluso mayor intensidad.

El colectivo vecinal inició ayer una serie de movilizaciones con las que persigue frenar los trabajos. Su argumento: «O goberno local está a incumprir gravemente os acordos que acadamos», en palabras de su presidente, Xurxo Abuín. De momento las protestas no sobrepasarán el ámbito de lo simbólico, una ocupación testimonial, acompañada de pancartas, que no obstaculizó la labor de los operarios que desarrollan las obras. No obstante, la asociación es clara. Asumiendo el mandato de una asamblea celebrada el fin de semana, el grupo está decidido a plantar cara al Concello si el proyecto sigue adelante tal y como ha sido concebido por los técnicos municipales.

Según el portavoz de los vecinos, Marcelino Abuín, concejal de Xestión do Territorio, y él mismo acordaron en marzo dos grandes puntos: pavimentar en piedra 14 metros próximos al centro cultural y crear un segundo nivel más elevado, en torno a un metro, en el resto de la plaza. Como separación entre ambos planos, un talud articulado en tres gradas. «Agora nos enteramos que pretenden pavimentar 28 metros, roubándolle 14 ao campo da festa, e seguir nese plano de inclinación ata a estrada de Zamar, salvando 45 metros de desnivel en tan só 60 metros de lonxitude», señala Xurxo Abuín. En su opinión, una solución así no haría sino machacar el campo de O Souto. Algo a lo que el colectivo vecinal en absoluto está dispuesto. Aunque, eso sí, ofrece a Ravella un plazo de dos días para reflexionar antes de mover ficha.