El helicóptero del 112 se avería en el campo de Rubiáns al tratar de evacuar a un herido de tráfico

AROUSA

La misma ambulancia de Protección Civil que el Concello se niega a renovar salvó la papeleta y se encargó del traslado

21 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Vilagarcía no necesita una ambulancia municipal, puesto que las emergencias son competencia del 061. Esta es la respuesta que, aseguran los dirigentes de Protección Civil, recibieron de la alcaldía cuanto plantearon la necesidad de renovar su ambulancia medicalizada. Un vehículo que en abril cumplirá ocho años y que, por tanto, tendrá que ser retirado de este tipo de servicios.

El debate sobre la necesidad o no de contar con esta dotación sumó ayer un ejemplo clarificador en la parroquia de Cornazo. Un joven de 21 años, J. A. G. D., sufrió un accidente mientras pilotaba una motocicleta. Eran las seis de la tarde y, viendo que el herido perdía la consciencia, el equipo del 061 optó por requerir la presencia de uno de los dos helicópteros medicalizados de los que dispone la Axencia Galega de Emerxencias. Concretamente, el que tiene su base en Santiago. La aeronave aterrizó, efectivamente, en el campo de fútbol de Rubiáns, pero una avería le impidió despegar.

Salvó la papeleta la ambulancia de Protección Civil. El mismo vehículo cuya renovación discute el Concello sirvió para que los médicos, que habían arribado a Vilagarcía por el aire, evacuasen al motociclista por carretera y procediesen a su ingreso en el Hospital Clínico Universitario de Compostela.

Al parecer, el origen del desperfecto podría apuntar al motor de arranque del helicóptero. De confirmarse, el aparato tendría que permanecer en el campo de fútbol como mínimo hasta mañana. Los miembros del servicio municipal de emergencias se disponían anoche a hacer guardia para proteger la aeronave. No solo porque a apenas un centenar de metros del lugar se halla el campamento de Cornazo, cuyos pobladores encuentran en la chatarra y los despieces una fuente de recursos nada despreciable. Sino también porque las previsiones hablaban de una madrugada de viento y tormenta que podrían dañar el dispositivo aéreo.

Querían seguir jugando

Harina de otro costal es el ímpetu con el que dos equipos de veteranos, el Xocas y el Combarro, se batían en el momento en el que el helicóptero aterrizó en el terreno de juego. No gustó a los contrincantes semejante interrupción, cuando faltaban minutos para el final de la primera parte y el empate a cero dominaba el marcador. Aunque exigieron la retirada del aparato, no lo lograron. El fútbol es así.