La falta de relevo en la directiva aboca a Érguete a desaparecer en O Grove tras 21 años de historia
AROUSA
La asociación de lucha contra la droga y ayuda al toxicómano Érguete-O Grove corre el riesgo de desaparecer porque nadie está dispuesto a dar el relevo a su presidenta, Viky Fernández, ni a su coordinadora, María del Carmen Cacabelos. Ellas, junto a otros miembros de la actual directiva, comunicaron su decisión de abandonar estas funciones en el transcurso de una reunión celebrada el pasado sábado y como no se presentaron candidatos para hacerse con las riendas de la asociación se acordó constituir una gestora.
Esta gestora nace con la única finalidad de dar continuidad a los proyectos en marcha, cuya ejecución debe ser justificada debido a que están financiados con subvenciones públicas.
Actualmente, Érguete-O Grove tiene pendientes la celebración de varios talleres; uno de cocina para fomentar hábitos alimenticios saludables, dirigidos a los padres; otro de inteligencia emocional y un tercero de escritura creativa.
En la asociación calculan que estos cursos no se prolongarán más allá del mes de febrero del 2010 y el sábado se acordó no solicitar ninguna nueva actividad para el año próximo.
No obstante, la gestora no cierra las puertas a que se cubra este vacío de poder y en caso de que se presente alguien con un equipo dispuesto a dirigir la asociación se procedería a la designación de nueva directiva. En caso contrario, las oficinas de Érguete situadas en la calle Castelao echarían el cierre después de una trayectoria de 21 años.
Una realidad cambiante
Érguete-O Grove nació en 1988 de la mano de Ventura Fernández, dentro del movimiento antidroga que por aquellos tiempos empezaba a despuntar en Galicia. Eran años en los que la concienciación social y la respuesta policial contra el narcotráfico no era la de hoy y Érguete erigió su voz para pedir mayor represión para los delincuentes y mejoras asistenciales para los toxicómanos.
Algunas de aquellas reivindicaciones se han conseguido y prueba de ello es que O Grove cuenta con una de las sedes del Servicio Preventivo Asistencial das Drogodependencias (SPAD).
En los últimos tiempos, Érguete dirigió sus pasos más hacia el camino de la prevención que al de la reivindicación y esto cristalizó en la organización de numerosas actividades en el ámbito educativo, deportivo y cultural. Pero estas vertientes están actualmente más o menos cubiertas por la Administración y otros colectivos sociales de modo que Érguete ha visto reducido su ámbito de actuación.
María del Carmen Cacabelos quiso ayer restarle dramatismo a la posible disolución de Érguete-O Grove: «non pasa nada, na sociedade ten que haber cambios e hai que ser realistas sobre a situación actual», indicó. Ella es una de las pioneras de la asociación, a la cual está ligada desde su fundación hace 21 años. El relevo a los históricos no acaba de llegar.