En abril del 2006, la Diputación de Pontevedra iniciaba las obras para dotar de semáforos a dos de los cruces de la avenida de O Salnés, en Cambados. La iniciativa buscaba regular el tráfico en dos puntos negros del casco urbano, en los que se registraban multitud de accidentes. Pero de nada sirvió aquella obra. La señalización ha estado en ámbar desde entonces. Ayer, los operarios la pusieron en marcha y muchos fueron los conductores que se sorprendieron al ver que, tres años después, funcionaba perfectamente.
Los semáforos fueron colocados en los cruces de la avenida de O Salnés con las avenidas de Vilariño y Vilagarcía. Su misión sería la de regular el tráfico en dos cruces con escasa visibilidad y en los que se estaban registrando varias colisiones. Fueron los propios vecinos, y los grupos de la oposición, los que reclamaron esta medida.
En ámbar
El 20 de abril del 2006, la Diputación inició la obra. Días después, los semáforos estaban instalados y en ámbar, a la espera de entrar en funcionamiento. Pero no fue hasta ayer que estos sucedió. Según explicaron en reiteradas ocasiones en el Concello de Cambados, el motivo de que la señalización lumínica no comenzara a funcionar radicaba en la ausencia de unos sensores de movimiento, que iban a ser los encargados de regular el tráfico en estos dos cruces. Sensores que, por lo visto, han tardado más de tres años en llegar a las oficinas municipales.
Según explicó la Policía Local, ayer entró en funcionamiento el semáforo de la avenida de Vilariño y, en los próximos días, estará también operativo el de la avenida de Vilagarcía, donde todavía se está pintando el vial. Ambos están dotados con unos sensores de movimiento, que provoca que, al acercarse los vehículos, cambie la luz de la señal.