Caminando el mar como profesionales

AROUSA

Las mariscadoras de Carril proponen una interesante salida para divulgar su trabajo

19 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cansados pero con la convicción de que ha valido la pena. Así regresan a tierra quienes participan en la ruta turística que las mariscadoras de Carril han puesto en marcha para dar a conocer su trabajo. Aunque en principio han ideado dos itinerarios, uno en la playa Compostela y otro en el banco de Os Lombos, lo cierto es que por el momento todos los grupos a los que han acompañado han elegido la segunda, más complicada, pero también más atractiva.

Ayer se sumaron a la visita a Os Lombos un grupo de jóvenes estadounidenses que visitan Vilagarcía de la mano de la asociación Pandora, una vecina de Barro, y Ángela y Carlos, una pareja de Madrid que alabó con entusiasmo la iniciativa.

A las nueve y media de la mañana la expedición, comandada por Patricia y Nieves, sus dos competentes guías, se puso en marcha desde Bamio y se adentró en el agua para enfilar rumbo a Cortegada. «Cold, cold» fue la expresión que más se escuchó durante los primeros momentos. Porque el agua, pese a las ropas especiales, se nota fría en ese primer impacto.

Pero esa impresión deja paso enseguida al olor a mar, a la refrescante brisa, a la belleza de las vistas, a la sensación de inmensidad y a la tranquilidad. Todo ello hace que los más de tres cuartos de hora de camino hasta llegar al punto de meta, ya en las inmediaciones de Cortegada, se pasen pronto. Y eso a pesar del único pequeño pero que puede ponérsele a la ruta: la molesta presión que el agua ejerce sobre los pies.

Una vez en el destino, los visitantes se convierten por unos minutos en profesionales del mar y comprueban con sus propias manos que manejar el rastro no es tan fácil como parece. Algunos ponen empeño y consiguen capturar un buen lote de berberechos, e incluso una estrella de mar que se convierte en la atracción de la ruta.

Patricia y Nieves explican los pormenores de su trabajo y responden a cualquier curiosidad que los visitantes quieran plantearles. Después inician el regreso antes de que la marea comience a subir y coja desprevenida a la expedición.

Tras casi tres horas de camino por el agua y por la arena, la ruta se da por concluida. Los participantes se llevan, además de una experiencia enriquecedora, un recetario de moluscos para preparar un buen marisco. Seguramente todos recomendarán la ruta a sus amigos. Eso sí, con chaqueta y calcetines.