Diez calles concentran los mayores problemas por conducción temeraria

La Voz

AROUSA

Los concellos apuestan por la vigilancia policial y los pasos de peatones elevados para frenar esta situación

18 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Algo debió de hacer Fitipaldi para que su nombre haya acabado asociado a los amantes de hacer barbaridades al volante. Los fitipaldis pueden escoger cualquier carretera para hacer tropelías , pero siempre hay lugares que los atraen más que otros. En la comarca de O Salnés, una decena de puntos son reconocidos por vecinos y policías locales como lugar de encuentro para los conductores que cifran su autoestima en la velocidad de alcance su vehículo y en la calidad del trompo que firmen sobre el asfalto.

En la avenida de A Mariña, teñida de luto desde la muerte del joven Manuel Abalo, son habituales este tipo de demostraciones de poderío rodado. Fardar de coche o de moto lleva a muchos conductores a olvidarse de los límites de velocidad y de los que impone el sentido común: en una zona de movida y copas, de ajetreo constante de gente, quien va al volante debe extremar las precauciones. En la calle del puerto, en Pontecesures, los problemas van más allá de los excesos de velocidad. Muchos conductores realizan trompos «ante el aplauso y los gritos de quienes están en la calle». El concejal Luis Ángel Sabariz reconoce que esa mezcla entre volante, alcohol y noche podría haber tenido resultados terribles. Afortunadamente, los controles de velocidad parecen haber aplacado los ánimos de los fitipaldis. La colocación de bandas sonoras y pasos elevados debería servir, según el Concello, para mantener la paz.

También en la calle Infantas, en Cambados, la policía local ha desarrollado campañas de control para intentar disuadir a quienes utilizan esa vía, atestada de jóvenes los fines de semana, para «acelerar y quemar rueda». Y en O Grove, los agentes son conscientes de que Alexandre Bóveda es otro de esos puntos utilizados por algunos como pista de despegue.

Pero, aunque parezca mentira, las exhibiciones al volante no siempre se realizan ante público. Y en la comarca no faltan, tampoco, los lugares utilizados para realizar piruetas lejos de las calles atestadas de gente.

En A Illa, de un tiempo a esta parte, los vecinos de la zona de As Aceñas y del Monte das Formigas han visto su tranquilidad nocturna rota por vehículos y motos que pasan a gran velocidad. El asunto ha llegado a oídos de la policía local, quien a su vez ha pedido ayuda a la Guardia Civil para intentar controlar este fenómeno. Entre otras cosas, porque la velocidad puede ir acompañada, en este caso, por el trapicheo de sustancias ilegales. Solo el marcaje policial podrá poner fin a esas operaciones de menudeo. Pero para acabar con los excesos al volante, otra solución está en camino: la colocación de pasos elevados a lo largo de la carretera.

En el Concello de Meaño, los jóvenes han elegido el entorno del colegio y del instituto de Dena como lugar de reunión nocturna. El alcalde, Jorge Domínguez, es consciente de lo que ocurre en esa zona. «De momento non é un problema grave. Temos controlados a eses rapaces, e en certo modo preferimos que se reúnan aí a que anden por outros lados».