La veintena de vecinos que asistieron ayer al pleno de la corporación municipal no ocultaron su malestar con BNG y PSOE por rechazar la moción presentada por el PP para instar que se modifique el trazado del tramo pontevedrés de la variante de Marín, entre O Regueiriño y la PO-11.
Los populares fundamentaban su moción en varias cuestiones. Por un lado, que se prevé un viaducto en Louredo cuyos pilares quedarán a escasos metros de las viviendas. También se alerta sobre que el el monte Pituco, en el enlace del tramo actual y el que se va a construir, se creará un punto negro en cuanto a seguridad y contaminación. Y, en el enlace con la PO-11 y la PO-12, se estima que el trazado en tres niveles creará una barrera que limitará la recuperación de la fachada litoral, por lo que se propone que se desplace unos 500 metros hacia el interior.
Tanto el BNG como el PSOE coincidieron en que, siendo el trazado muy mejorable, la moción está fuera de lugar pues el proyecto se aprobó en el 2003, estuvo a exposición pública en el 2006 sin que se presentara alegación alguna ni de los vecinos ni del Concello, y la corporación municipal dio el visto bueno por unanimidad.
Además, los concejales del gobierno municipal recordaron que ni es el momento de presentar esa moción -las expropiaciones se iniciarán el próximo día 28- ni el Concello es la Administración que tiene potestad para modificar el trazado. «Presenten vostedes a moción no Parlamento», instó el edil de Infraestructuras, César Mosquera a los concejales del PP. José Valcárcel, del PSOE, recordó que el trazado de la variante de Marín se consensuó en la M-4, «que foi un exemplo de colaboración entre Administracións de distinto color político».
El ponente de la moción, José Benito Suárez, señaló no entender por qué BNG y PSOE rechazan la moción si coinciden en que el trazado no es el idóneo.