El arquitecto Ernesto Cruzado destacó la importancia de colocar los puntales, ya que cada pilar frontal -que tienen grietas de hasta ocho milímetros- soporta un peso de unas 22 toneladas. «Está claro que este pilar lleva avisando mucho y era necesario actuar cuanto antes. En la fachada posterior también se deberían tomar medidas, porque la viga curva prácticamente ya no existe. Lo que pasa es que es una zona con menos carga y en apariencia no parece tan urgente, pero no habría que dilatar tanto los plazos como ahora».
Por su parte, José Calavera recordó que los primeros informes sobre la torre los hizo Intemac hace ya 25 años. Pero la gravedad del inmueble adquirió tintes alarmantes hace dos. Entonces, con Cruzado, se hizo un proyecto para cambiar los pilares que no se ha llevado a cabo: «Ahora las grietas ya no son grietas, sino rajas y no queda más remedio que apuntalar. Es una solución, de momento, suficientemente segura, pero no obstante hay que cambiar las columnas».