Los vecinos de Lodeiro se concentraron en la plaza Mayor, una vez más, para proclamar su inocencia e indignación

La Voz

A MARIÑA

06 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En pleno verano, con la plaza Mayor llena de gente a la espera del inicio del concierto de las bandas de música de Viveiro y Ordes, los vecinos de Lodeiro hicieron oír sus protestas, una vez más. Un grupo de afectados por la orden de derribo de 118 pisos, en las calles Lodeiro y Río dos Foles, se concentraron en la plaza para proclamar su inocencia e indignación. Así lo llevan haciendo desde hace ya varios meses (el primer miércoles de cada mes).

La Asociación de Veciños O Lodeiro, que aglutina a buena parte de los damnificados, volvió a denunciar ayer la situación de «inxustiza social» que padecen, pues sobre sus viviendas pesa una amenaza firme de demolición. El colectivo reconoce que «dende as Administracións, tanto local como autonómica, se están a poñer os medios en busca dunha posible solución administrativa», en referencia al posible levantamiento parcial de la normativa urbanística provisional, vigente en Viveiro, a fin de regularizar la situación de los inmuebles. En cualquier caso, los vecinos exigen el cumplimiento de las promesas por parte de los responsables políticos y, a mayores, reiteran que no cejarán en la reivindicación de sus derechos, «ata ver a situación totalmente resolta».

El pasado mes de julio, el Concello de Viveiro remitió a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras, la solicitud de levantamiento parcial de las normativa provisional. Hasta el momento, el Ayuntamiento no ha recibido notificación alguna al respecto. La Asociación de Veciños O Lodeiro tampoco ha tenido ninguna comunicación por parte del departamento que dirige el popular Agustín Hernández, con quien se entrevistaron varios de sus representantes.

En el ánimo de los afectados pesan ya los años de preocupación e incertidumbre, pues nadie puede garantizarles que el derribo ordenado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, y ratificado posteriormente por el Tribunal Supremo, no se va a ejecutar. De momento, el alcalde, Melchor Roel, ya ha recibido varios avisos para que cumpla con la orden de demolición de los inmuebles.