La granja de Alfoz de 7 vacas con lengua azul, tiene otras 8 enfermas

La Voz

A MARIÑA

La propietaria soporta tres órdenes de inmovilización, siete terneros que no puede vender y una res muerta

09 oct 2008 . Actualizado a las 09:55 h.

En la parroquia de Mor (Alfoz) está ubicada la única explotación de Galicia con siete vacas enfermas de lengua azul. Mejor dicho, esas son las que han dado positivo en el laboratorio de referencia hasta ahora, pero la propietaria de la explotación, Elsa Expósito, cree que están enfermas del mismo mal otras 8 reses que tiene en otra explotación y la que le murió el mes pasado.

La situación que describe la afectada es kafkiana. Ayer un veterinario de la Xunta acudió a la explotación para cubrir la solicitud de indemnización por una vaca que le murió con síntomas de padecer la enfermedad y le han informado que quizás puede tener problemas para que se la otorguen porque, a pesar de que tiene certificación de su veterinario de que padecía la fiebre catarral ovina, la res se murió dos días antes de que se declarara oficialmente la enfermedad en la explotación, una condición que exige la normativa para optar a compensación. Lo curioso es que fue ella misma, cuando acudió a dar de baja la res en los servicios comarcales de Mondoñedo, la que advirtió que podría tratarse de lengua azul y solicitó que acudieran a hacerle pruebas al resto de los animales, advirtiendo, al mismo tiempo que, si no las hacían, ella misma las encargaría de motu propio: «Ós dous días de morrerme a vaca acudiron a sangrar as outras e ó mesmo tempo déronme a primeira orde de inmovilización, a primeira, porque levo tres», señaló.

Respecto de la situación que ahora se dá y tras insistir en que el veterinario que visitó ayer su explotación fue de lo más atento y servicial, señala que «a lei é a lei e eu comprendo que hai que cumplila, pero tamén é inxusto».

El problema no acaba aquí. Elsa tiene siete terneros de recría que ya debían de haber sido vendidos hace un mes, pero siguen en casa por las órdenes de inmovilización y alimentándolos con pienso, para que las vacas aguanten. Ayer vinieron a extraerles sangre para hacerles las pruebas de la PCR, que acreditarán si padecen o no la enfermedad y, como consecuencia, si pueden o no venderse para vida.

Mientras tanto, sigue la sangría económica para esta familia de Alfoz: «Cracias a que o meu home empezou a traballar hai oito meses; antes viviamos desto, pero non daba a camisa para a lavadura e buscou traballo fóra», señalaba ayer Elsa Expósito, advirtiendo una vez más que hai muchos otros casos por la zona, pero de algunos no se tienen noticia oficialmente: «A xente sabeo e ten medo».