Chile vive una «noche de pesadilla» tras un terremoto de 8,4

Agencias

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Atlas

El balance provisional de víctimas es de diez muertos y un desaparecido tras el fuerte seísmo. Más de un millón de personas fueron evacuadas por la alerta de tsunami

17 sep 2015 . Actualizado a las 16:48 h.

Diez muertos y un desaparecido es el balance provisional de un potente terremoto de 8,4 que azotó al centro y norte de Chile, donde se vivió «una noche de pesadilla». «Vivimos una noche de pesadilla, el movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo y siguió con las réplicas», dijo María Ramírez, mientras barría la puerta de su casa ubicada frente al cementerio de Illapel, uno de los lugares más afectados.

Al anunciar el último reporte desde la Oficina Nacional de Emergencias (Onemi), en Santiago, el ministro del Interior y Seguridad, Jorge Burgos, lamentó la pérdida de vidas, y resaltó no obstante que la cifra preliminar de fallecidos «es muy baja» en comparación con la magnitud del fenómeno.

El seísmo se sintió a las 19.54 horas del miércoles y activó de inmediato una alerta de tsunami en todo el litoral costero chileno y varios países del Pacífico, que fue cancelada horas después.

Seísmo de gran magnitud

«Se trata de un terremoto de gran magnitud, que lo ubica como el terremoto más potente que ha tenido el mundo este 2015, pero los chilenos estamos acostumbrados», agregó el ministro. Burgos situó a la región de Coquimbo, en el norte, como la zona más afectada por el terremoto, que tuvo su epicentro a 42 km al oeste de la pequeña localidad de Canela Baja, en el mar.

Las zonas pobladas más afectadas serían la localidad de Illapel, de unos 31.000 habitantes y a unos 230 km al norte de Santiago, así como el pueblo de Tongoy, en la región de Coquimbo, donde las olas arrasaron su borde costero.

La presidenta Michelle Bachelet dijo antes de viajar a la zona de desastre que «todavía no tenemos una real magnitud del daño causado». Asimismo, destacó los «estándares de construcción» que tiene este país, uno de los más sísmicos del mundo, que han «permitido que la infraestructa respondiera adecuadamente». «Todos han dicho que éste es el sexto terremoto en la historia de Chile (...),pero frente a eso es que hasta ahora la respuesta ha sido buena», destacó la mandataria, que decretó zona de catástrofe para la provincia de Choapa, donde se localizó el epicentro del seísmo. Esto implica que dicha región queda bajo mando militar y el Estado entregará mayores recursos a la localidad para atender la emergencia.

Tres minutos de horror

Tres minutos de horror y una noche de pesadilla: así vivieron muchos vecinos de Illapel, una localidad cercana al epicentro del seísmo que a la luz del día reveló las marcas de la tragedia. Entre los escombros de un muro caído, Ana Cortes, de 35 años, rememoró lo que fue la noche: «Fue el momento más espantoso, el horror más grande que se puede vivir (...) se movía todo y no terminaba nunca», relataba.

Algunas casas construidas de materiales livianos en el suelo, la destrucción de estanterías en comercios y el caos del cementerio local con decenas de cruces, jarrones y tumbas hechas añicos, era el panorama que mostraba Illapel pocas horas después del seísmo. «Vivimos una noche de pesadilla, el movimiento fue mucho y fue largo, demasiado largo y siguió con las réplicas, fue terrible», comentó María Ramírez, mientras barría la puerta de su casa ubicada frente al cementerio. «No podía mantenerme firme, pero por suerte logramos salir vivos», agrega.

Llegar a Illapel se constituyó en toda una odisea para los turistas que el seísmo pilló en la ruta en víspera de un fin de semana largo, o para quienes fueron hasta allí para reunirse con familiares tras el seísmo. Igual para los equipos de prensa que se trasladaron inmediatamente al lugar.

Recorrer los 230 km que separan a Illapel de Santiago llevó unas diez horas sobre la ruta cinco, que une a la capital con el norte del país. En un trayecto que demora habitualmente menos de la mitad, el viaje se volvió eterno luego de que la policía cortara la ruta en varias partes donde el camino se acerca peligrosamente al mar mientras la alerta de tsunami estaba vigente.

«Lo peor fue estar en la ruta cuando pasó todo. El temblor fue tan fuerte que me costó controlar el auto, pero lo peor era saber que mi hija estaba en mi casa sola», comentó con voz angustiada Freddy Gómez, vecino de Illapel, que logró llegar a su ciudad en la noche. Con a luz del día y lejos del caos de la noche, la ciudad comenzaba a levantar los escombros y a pensar ya en el próximo terremoto, «porque así es nuestro Chile, aunque nunca vamos a acostumbrarnos», dijo Gómez.

Tongoy, destruído

En Tongoy, el mar superó la costa y las olas generaron gran destrucción en el centro de la localidad. «La ciudad está destruida. Aquí fue terrible», narró un vecino de Tongoy a TVN. El puerto de la ciudad de Coquimbo sufrió también «severos daños», de acuerdo con las autoridades. La alerta de tsunami motivó la evacuación hacia zonas altas de un total de un millón de personas, sin mayores complicaciones en todo el territorio nacional. La mayoría había retornado ya a sus hogares. «Se evacuó ordenadamente a casi un millón de chilenos y chilenas», dijo Burgos.

Casi 160.000 familias se encontraban aún sin energía eléctrica y se registraban 616 en albergues, dijo por su parte Ricardo Toro, director de la Onemi. Las clases fueron suspendidas en las poblaciones costeras de la región centro-norte.

Decenas de réplicas

El Centro Sismológico Nacional(CSN) de Chile estimó que el terremoto fue de 8,4 en la escala Ritcher, en tanto el Servicio Sismológico de Estados Unidos (USGS) lo situó en 8,3 de magnitud de momento. Decenas de réplicas, algunas de ellas de gran intensidad, continuaban registrándose este jueves y mantenían en alerta a la población.

El movimiento telúrico se sintió también en Argentina, especialmente en la zona fronteriza con Chile, pero también en su capital Buenos Aires, a más de 1.500 km al este del epicentro.

En Santiago se vivieron escenas de pánico y miles de personas evacuaron los edificios altos, pero no hubo cortes de energía ni daños mayores en infraestructura. La cuprífera Codelco, la mayor productora de cobre del mundo con cerca del 11% del total mundial, informó que ni sus trabajadores ni sus operaciones sufrieron daños.

En el 2010, la zona central de Chile fue sacudida por un terremoto de 8,8 y un posterior tsunami, que dejó más de 500 muertos. En abril del año pasado, otro sismo, de 8,2, sacudió la ciudad de Iquique, dejando seis muertos.