Bufanda y plumífero para acabar el verano

Hay cosas a las que no puedes decir que no. Aunque contestar sí implique vestirse con jersey, plumífero y bufanda cuando todavía estamos en verano. La asociación Nico contra el Cáncer realiza cantidad de actividades durante todo el año. Nico es un niño ourensano que ahora tiene 4 años y afortunadamente se encuentra estable. A los nueve meses le diagnosticaron un neuroblastoma. A raíz de encontrarse con este problema en casa, su familia decidió crear la citada asociación para dar visibilidad al cáncer infantil y recaudar fondos destinados a la investigación. «Es que la gente cree que es como el cáncer de adultos, y el de los niños está tipificado como enfermedad rara debido a su baja incidencia y por eso cuesta que haya tratamientos específicos», me comenta Beatriz Leal, tía de Nico y hermana de Ángela, la mamá, y Patricia, la tercera Leal. Hace dos años obtuvieron 18.000 euros con la venta de su primer y trabajado calendario. El año pasado, 25.000. Y con el almanaque del 2019 esperan superar esta cifra. Por eso cuando me propusieron colaborar y formar parte de la imagen del mes de diciembre contesté que sí con el corazón y busqué el plumífero en el armario.

VOLUNTARIOS DE ORO

Me mandaron la geolocalización. Un punto cerca del Monte Xalo, en la tierra de Xosé Antonio Touriñán, a menos de media hora de A Coruña. Desde ahí transitamos varios kilómetros por unas pistas de tierra hasta llegar a un sendero por el que caminamos hasta encontrar un abeto como los de Navidad. A la excursión acudieron niños y jóvenes pacientes oncológicos acompañados por sus hermanos, sus padres y familiares. La mayoría aparecen en la foto que les muestro. Me impresionó el cariño y la implicación de Isidro Cea y Andy Anbarlin. Ellos son los encargados de las fotografías y de realizar un vídeo, una especie de making of del calendario. Los chavales decoraron el árbol con los adornos que los organizadores llevaron hasta allí. Bea anunció que en una de las bolsas había merienda para después de la sesión. Tras media hora de preparativos, Isidro disparó. Dentro de unas semanas veremos el resultado en un almanaque que saldrá a la venta por 10 euros. Ya de vuelta, camino del restaurante Bocanegra donde me esperaban quince tapas, no se me iban de la cabeza esos niños. Y me alegré de acabar el verano con bufanda y plumífero.

INICIO DE TEMPORADA

«Hacen falta más cosas así», me dice uno de los asistentes a la fiesta. Tiene razón, pero es difícil superar los aniversarios del restaurante Bocanegra de A Coruña. En cuatro años consiguieron que su celebración se haya convertido en el evento gastronómico que marca el inicio de temporada. Hasta acudió Nava Castro, directora xeral de Turismo de la Xunta, y Pep Palau, uno de los promotores del Fórum Gastronómico. Fue una cena a 30 manos con cocineros invitados de la talla de Pepe Solla, Nacho Manzano o la televisiva Begoña Rodrigo, entre otros. Algunas preparaciones me parecieron demasiado grandes para tomarlas de pie sin ayuda de cuchillo. Me resultó imposible probar todas, pero de las que me queda un mejor recuerdo son el Temaki de anguila a la brasa de Andrés Medici; los salazones, ahumados y fuagrás con un caldo de ensueño de Diego López, de La Molinera de Lalín; y el arroz caldoso de Caco Agrasar, que fue con su hijo de 20 años. El chaval, que é igualiño ao pai, tira más por la panadería y la pastelería. Así que As Garzas tiene un futuro dulce. Juanlu Fernández, mano derecha de Ángel León muchos años, arriesgó con unas ortiguillas de mar a la brasa con huevo y migas. Fue el más original. Xesús Mazaira, de Airas Moniz de Chantada, me guio a la hora de probar sus tres tipos de queso, el tercero un azul de sabor intenso pero no empalagoso. Pablo Pizarro, cocinero anfitrión, no me dejó marchar sin tomar un postre de Ariel Mendizábal. Una velada fantástica. Como la noche refrescó eché mano del jersey que había utilizado en el calendario para protegerme del frío.