La Voz de Galicia

La flor deja de crecer en Galicia

Agricultura

M. Alfonso Redacción / La Voz

Toxal y la cooperativa Agroflor son algunas de las grandes empresas del sector que siguen cultivando en una comunidad donde otros han abandonado

31 Oct 2021. Actualizado a las 05:00 h.

El sector de la flor cortada se marchita en Galicia. En los últimos años, varias han sido las empresas que han cesado su actividad y, actualmente, las que manejan más volumen son Toxal, una empresa ubicada en el municipio de A Guarda, que mantiene en producción más de cinco hectáreas de terreno. O después la cooperativa Agroflor, de Narón, que factura unos dos millones de euros. «No hay nadie que produzca tanto como nosotros, ni siquiera la mitad», explica Ángel Patiño, ingeniero agrónomo y uno de los responsables de esta empresa. Un dato que corroboran en la Asociación de Viveristas del Noroeste (Asvinor), «no queda casi nada», ratifica Santiago Ramos, técnico de la entidad.

«Aquí se llegó a producir bastante clavel, hubo un boom y se montaron bastantes empresas dedicadas a la flor», añade. Pero, poco a poco, la situación empezó a complicarse y las nuevas firmas fueron desapareciendo. Los principales problemas que se encontraron los productores eran los precios, «traer planta de Colombia, de Ecuador o de Etiopía es mucho más barato», relata. A ello había que sumarle los problemas que implicaba la reducción en el uso de productos fitosanitarios. Y es que la flor es un producto muy delicado que, además, debe estar perfecto. «Si una flor se manda picada ya desmerece», argumenta. Todos estos problemas, unidos a la crisis del coronavirus, «acabó con lo poco que quedaba», sostiene.

De todas las empresas que se dedican a cultivar la flor cortada en Galicia destaca Toxal, que tiene sobre cinco hectáreas en el municipio de A Guarda. Está también Agroflor, que comercializa la producción de los cultivadores de Ferrolterra, aunque en menor proporción. Y hay otras de menor tamaño aunque algunas, la mayoría, se han pasado a la importación de flores. «Dedicámonos á importación porque aquí tampouco hai quen produza. A xente se vai xubilando e non hai relevo», asegura Miguel Fernández, de la empresa del mismo nombre.

Toxal lleva 35 años dedicado al cultivo de la flor en Galicia y reconoce que el coronavirus ha supuesto un buen golpe, «porque fallaron muchos proveedores a nivel nacional, la crisis dejó fuera a mucha gente». Sin embargo, la empresa ha conseguido recuperarse «y hoy estamos, más o menos, a la altura del 2019», explica Patiño. Es más, tienen idea de seguir creciendo en los próximos años. «Somos 27 personas trabajando aquí y tenemos la ilusión de volver a crecer apostando por la producción gallega de calidad», añade. Y es que, aunque esto es un cultivo y todos los años varía dependiendo de las condiciones meteorológicas, «cada vez ofrecemos más calidad y trabajamos adaptándonos a las circunstancias actuales», sostiene. Así, en sus cultivos se reduce el uso de productos fitosanitarios, que son sustituidos por otros sistemas para combatir plagas y enfermedades más respetuosos con el medio ambiente, como la lucha biológica. Crisantemo, Lilium, astromelia, gerbera, rosas y claveles son las especies que más cultivan en sus invernaderos ubicados en la comarca del Baixo Miño

La producción de este año

Sumergidos en plena campaña de difuntos, en Toxal aseguran que las condiciones meteorológicas no han sido las mejores paras la producción de flor en Galicia. «Tuvimos un verano irregular de clima muy variable y las plantas se quejan. Si les falta luz, por ejemplo, le caen los pétalos», sostiene Patiño. Insiste en que este es un sector en el que los productos deben rozar la perfección. «Nuestras flores tienen que estar perfectas porque si no se van a la basura. Es un producto ornamental y su cultivo es muy exigente», concluye.


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