La pasarela provisional reabre Ponte Ribeira casi ocho años después de su derribo

El 8 de septiembre del 2014 se cortó el paso de Ponte Ribeira en Sarria, un puente emblema del Camino de Santiago, por estar en el propio itinerario, y clave para el pueblo porque conectaba las dos calles principales. Desde entonces, manifestaciones y quejas vecinales pidieron reiteradamente a los tres regidores que pasaron por el Concello que recuperasen el tránsito. Casi ocho años después, llegó el día. Peregrinos y vecinos volvieron a pasar por Ponte Ribeira, pero condicionados con que será una estructura provisional.

La rápida construcción de la pasarela metálica comenzó a principios de año, con una parte de la obra financiada por la Diputación de Lugo. En un primer momento, Patrimonio había denegado el proyecto pero a raíz del incumplimiento de unos plazos de notificación, el organismo autonómico cambió radicalmente de opinión y dio luz verde. Explicó que la negativa se aplicaría en caso de que fuera la solución definitiva, pero, sin embargo, es solo temporal mientras se desarrolla el proyecto final. Patrimonio dio un plazo de cuatro años para elaborar el plan definitivo, momento en el que se tendrá que derribar la pasarela actual.

De esta manera, el Concello instaló sobre la base de hormigón del puente original una pasarela con un sentido de circulación de tráfico rodado y un paso peatonal más estrecho. La parte peatonal pudo estrenarse este jueves y en los próximos días se abrirá también el tránsito de vehículos. El paso para peatones tiene más importancia para los peregrinos, ya que el itinerario del Camino se había visto modificado con el derribo de Ponte Ribeira. Pero para los vecinos de Sarria, será un importante cambio volver a transitar en coche, ya que ahora tienen que dar un importante rodeo al pueblo.

Opiniones divididas

Todos los sarrianos esperaban y deseaban la reapertura de Ponte Ribeira, por lo que fue recibido con alegría. «Era una obra imprescindible para el pueblo y le ha dado una alegría a esta zona que necesitábamos», dice el dueño del restaurante de Casa del Barrio, ubicado al lado del puente. Ahora el peregrino vuelve a encontrarse con el pueblo con naturalidad y los negocios próximos de la zona esperan recuperar clientela. Sin embargo, hay otra parte de los sarrianos que va más allá y subestima su temporalidad y su aspecto. Algunos comerciantes del barrio ya explicaban este mes que temían quedarse otra vez sin tránsito dentro de cuatro años. «As cousas temporales suelen ser infinitas», declaraba también José Luis, un sarriano que estrenaba la pasarela este viernes. Este vecino es uno de los críticos con la estética del puente, que se aleja del aspecto de la infraestructura de hace ocho años. «Moito metal e moitos remaches para estar no Camiño de Santiago», opinó. Más allá de su clara utilidad, algunos sarrianos que pasaban por la pasarela, criticaron que contribuía a aumentar el feísmo de la villa.