La Voz de la Salud

José Lizón, cirujano: «La mayoría de las hernias discales mejoran con un tratamiento conservador»

Enfermedades

Laura Miyara La Voz de la Salud
José Lizón es Cirujano de columna especialista en cirugía endoscópica de columna y técnicas mínimamente invasivas.

El experto explica cómo es la operación para el problema que sufre, entre otras muchas personas, el presentador de televisión Martín Barreiro

16 Mar 2023. Actualizado a las 09:48 h.

Hace unas semanas, a finales de febrero, el meteorólogo Martín Barreiro, de 41 años, dejó de aparecer en Televisión Española. Los motivos, que en ese momento se desconocían, han sido aclarados ahora por el físico gallego, que comunicó que está atravesando un problema de salud «con dolor intenso». Se trata de una hernia discal, una lesión de los discos o amortiguadores cartilaginosos que se ubican entre las vértebras de la columna. Un proceso que, efectivamente, cursa con mucho dolor y que generalmente ocurre en la región lumbar, es decir, la espalda baja.

Barreiro, que hasta hace poco daba información sobre el tiempo y el clima en el programa matutino Hablando Claro, dio a conocer la noticia a través de su cuenta de Twitter, en la que contó también que se someterá a una cirugía para corregir el problema. El doctor José Lizón, cirujano de columna y miembro de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), es pionero en el tratamiento endoscópico de las hernias discales, un procedimiento que permite a los pacientes recuperarse en tiempo récord.

—¿Qué es una hernia discal?

—Cuando nos vamos haciendo mayores, el disco intervertebral pierde elasticidad y pierde agua, con lo cual, soporta mejor las presiones y los movimientos. Entonces, el disco intervertebral tiene una zona central que es como una gelatina y eso está envuelto en un anillo fibroso. Con la edad, ese anillo se va deteriorando, se van rompiendo las fibras de colágeno que lo forman y puede llegar un momento en que se rompa ese anillo y el material que está dentro del disco intervertebral salga y comprima un nervio.

—¿Qué factores de riesgo pueden causar hernias discales?

—Los factores que pueden desencadenar esto tienen que ver con el estilo de vida: una mala alimentación, no llevar una vida sana en cuanto a deporte, mala postura, trabajos que requieran muchos movimientos repetitivos. Pero también hay un componente genético, me refiero a que mucha gente tiene un trabajo físicamente duro y no se hernia.

—¿El peso influye en esta patología?

—Sí, porque no es lo mismo un salto con 40 kilos que con 80. La propia inercia hace que el peso se multiplique mucho. El peso tiene una influencia importante en las hernias.

—¿Cómo es el perfil del paciente típico?

—El perfil es el de una persona de mediana edad. Hace falta que haya un poquito de degeneración. Pero con la edad, el disco pierde agua y se va secando. Cuanto más mayor es la persona, más seco está el disco y es más difícil que se hernie. Con lo cual, lo más frecuente es que suceda entre los 30 y los 50 años. Luego, con la edad, la enfermedad degenerativa discal va produciendo otros problemas, pero la hernia como tal ocurre cuando el disco está todavía un poquito hidratado, por eso no sucede en gente muy mayor. Y es un poquito más frecuente en hombres que en mujeres, pero más o menos está equiparado.

—¿Se produce de manera puntual por un accidente o con el tiempo?

—La mayoría de los casos son procesos degenerativos de la columna. Por accidentes también ocurre, pero es más excepcional. Puede ocurrir por accidentes de tráfico o accidentes serios. Pero, generalmente, la persona hace un movimiento pequeño, por ejemplo, al agacharse y ahí, como el tejido ha ido degenerándose, se produce la hernia, pero por un proceso más largo, la mayoría de las veces.

—¿Qué síntomas nos pueden hacer sospechar de una hernia discal?

—Es un dolor lumbar que baja por la pierna, con pérdida de fuerza, con calambres, hormigueo y, si la hernia es muy grande, puede haber pérdida de control de los esfínteres.

Síntomas de una hernia discal:

«El diagnóstico es clínico y se tiene que acompañar siempre con un diagnóstico de imagen. La prueba estándar es una resonancia. Pero pasados los 30 años de edad, en un 30 % de la población puede haber en la resonancia una imagen de hernia sin clínica. Tiene que haber una correlación entre clínica y radiología para que se establezca el tratamiento: si hay una hernia en la resonancia pero no hay síntomas clínicos, no requiere tratamiento», explica la doctora Teresa Bas, presidenta de la Sociedad, y Jefa de Sección Unidad de Columna del Hospital Universitario y Politécnico de La Fe (Valencia).

—¿Cómo es el tratamiento?

—Normalmente, el 98 % de las hernias, con un tratamiento conservador de seis a ocho semanas, mejoran. Este tratamiento conservador incluye fisioterapia, calmantes por vía oral. Se espera que este tratamiento con medicación y fisioterapia haga efecto si la hernia es suave. Si esto es así, se sigue por ese camino y no se opera.

—¿Cuándo se plantea una cirugía?

—Cuando a partir de las doce semanas de tratamiento conservador no hay mejoras. Salvo que haya otras condiciones que requieran cirugía antes de eso, como pérdida de movilidad de la extremidad, o sea, que no puedas mover la pierna, o que tengas alteración de esfínteres o un dolor que no se puede controlar de ninguna manera. Porque si no controlas esfínteres, eso puede generar una lesión grave y crónica.

—¿Cómo es la cirugía?

—Hay una tecnología que nos permite trabajar de manera menos invasiva que en el pasado. Al igual que antes, cuando tenías apendicitis, había que abrir una barrera y eso ya no se hace, se pasa una cámara. La tecnología permite, con incisiones de seis milímetros, pasar una cámara hacia adentro de la columna. Entramos por el agujero por el que sale el nervio, simplemente dilatamos el músculo y metemos la cámara por ese agujero. Entonces, son cirugías en las que no cortas el músculo ni el hueso. Dilatas un tubito de ocho milímetros para dejar pasar una cámara y por ahí puedes trabajar para quitarla. Al trabajar con la cámara, es una técnica muy segura. Se llama laparoscopia de columna.

—¿Qué ventajas tiene este procedimiento?

—Son cirugías muchísimo más rápidas. Sales el mismo día del hospital y te vas andando a casa. Puedes hacer vida completamente normal, dar paseos, salir a cenar, ir a la oficina, en dos días podrías estar trabajando. Hay menos sangrado, menos riesgo de infección, menos dolor lumbar y menos riesgo de fibrosis posquirúrgica y de síndrome post laminectomía, que son complicaciones que tiene la cirugía tradicional. La cirugía tradicional tiene además mayor riesgo de generar inestabilidad. También hay más riesgo de fibrosis posquirúrgica, que es una complicación difícil de resolver, porque cuanto más grande sea la incisión, más cicatriz puede dejar y esa cicatriz puede englobar al nervio y dejar una ciática crónica. Cuanto menos daño, habrá menos sangrado y menos cicatrices.

—¿Cómo es la recuperación tras una cirugía de hernia discal?

—Más que recuperación, lo que yo indico a mis pacientes es que hay que tratarse de la enfermedad que la ha causado. Siempre digo que hay que fortalecer la musculatura, trabajar el core y hacer estiramientos. No para recuperarte de la cirugía, que es muy poco invasiva, sino por mantener tu espalda sana y recuperarte del proceso que te ha llevado a desarrollar una hernia. El dolor se va en el mismo día con calmantes orales y en dos, tres o cuatro días, ya estás dando paseos de una hora y saliendo de casa. O sea que recuperación, como tal, casi no hay. Se trata de mejorar la espalda para prevenir que vuelva a ocurrir.

—¿Cómo podemos prevenir una hernia discal?

—El ejercicio es fundamental, sobre todo el ejercicio de fuerza, que permita tener un buen tono muscular. El glúteo, el psoas, todo eso tiene que estar con un buen tono, que permita que las posturas forzadas no supongan un esfuerzo. Cuando entrenas, dejan de suponerlo. Esto es como correr: si te pones a correr un kilómetro sin haberlo hecho nunca, igual no puedes. Pero si vas entrenando, correr deja de suponer un esfuerzo. Entonces, posturas y pesos que antes suponían un esfuerzo para tu columna y la llevaban a riesgo de lesión dejan de ser un esfuerzo, con lo cual, el riesgo de lesión disminuye. Luego, una alimentación que evite la oxidación y favorezca que los productos de la oxidación celular se eliminen mejor, para que la célula esté más sana, eso también ayuda. Carotenos, quercetinas, son moléculas que van a hacer que el metabolismo celular no sea tan ácido. Con estos elementos, la célula está más sana, trabaja mejor y tiene menos riesgo de lesiones.

—¿Un ejercicio de impacto como el running siempre supone un riesgo?

—Es más importante empezar con ejercicios de tonificación para luego pasar a hacer lo que quieras. Hay que prepararse para correr. Tú necesitas tener una musculatura de core para poder correr, si no, puede ser un sobreesfuerzo. Si tus glúteos y tu musculatura no está en buenas condiciones, tienes que empezar con ejercicios de fuerza para prepararte para hacer actividades físicas que impactan en esa musculatura de manera específica.


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