La Voz de Galicia

Pepe Lorenzo, una persona que merecía la pena

A Coruña ciudad

Manuel González Menéndez A Coruña (Periodista, 1955, Ferrol)
Pepe Lorenzo

Su socio en una de las primeras empresas de comunicación de A Coruña, Filtro, llora la marcha del periodista

18 Dec 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Una inesperada noticia me rompió este domingo el corazón: la muerte de un amigo de los de toda la vida, de un hombre amable, generoso, entrañable y siempre dispuesto a conversar, a dialogar y a concordar.

José Lorenzo Regal, ­Pepe Lorenzo, nos dejó cuando más falta nos hacía. Cuando todavía tenía muchas e interesantes cosas que contarnos, que enseñarnos y con las que sorprendernos. Y por eso y por muchas cosas más se me encoge el corazón —y la razón— solo al pensar en escribir estas líneas.

Conocí a Pepe cuando, casi imberbes los dos, desarrollamos nuestras primeras tareas como periodistas en El Ideal Gallego. Él en la delegación de Ferrol y yo en la central de Pocomaco, en A Coruña. Y congeniamos. Mucho. Tanto que años después, tras su paso por la jefatura de prensa del Ayuntamiento de Ferrol, y junto a su inseparable y leal Carmen Fuxet, decidimos crear una de las primeras empresas de comunicación de A Coruña. Filtro le llamamos. Lo hicimos tras trabajar los tres en la Xunta de Galicia. Él, al frente del gabinete de prensa de la Consellería de Agricultura (Paco Sineiro era el conselleiro). Y Carmen y yo, en la de Sanidad.

Aquel ilusionante proyecto empresarial —Filtro— se tradujo en un esfuerzo trepidante y muchas veces titánico para gestionar la comunicación, entre otros, de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, con el profesor Fausto Dopico al frente; del Chuac —por aquel entonces Juan Canalejo—, bajo la gerencia de Tuco Cerviño; de la Autoridad Portuaria, de la que era presidente Chacho Pintos, o de la Confederación de Empresarios de La Coruña.

Excelente gastrónomo y mejor cocinero, Pepe era un polifacético periodista experto en teatro, en música, en política, en baloncesto.... Y era, sobre todo y por encima de cualquier otra consideración, un buen amigo, una persona que merecía la pena.

Descanse en paz.


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