«Hay manías como que los números estén ordenados o que no se repitan»
A Mariña
Desde la administración de lotería de Lourenzá A Faba de Ouro, que lleva Toni Vázquez, arrojan un muy buen balance de ventas a las puertas del próximo sorteo del Gordo
17 Dec 2025. Actualizado a las 05:00 h.
El 22 de diciembre de 2023, en el año de su décimo aniversario, en la administración de lotería A Faba de Ouro de Lourenzá quedaron a un número de vender el famoso Gordo. Habían vendido los 05590 y 05290, resultando el premiado fue el 05490. Esa es una de muchas anécdotas que cualquier despacho puede acumular a lo largo de tantos y tantos sorteos. Además, durante su vida, la administración laurentina ha repartido en varias ocasiones premios importantes del Sorteo Extraordinario de Navidad, siendo el próximo ya este mismo lunes 22 de diciembre, celebrándose este evento en esa fecha desde que irrumpió la década de los 90. La primera vez había sido en Cádiz, en 1812. Además de súa gran popularidad, es innegable la trayectoria histórica. Muchos millones llovieron desde entonces.
—¿Como va el espíritu navideño?
—En venta de lotería a tope pero a nivel personal a medio gas, porque hasta que no pasa todo esto no estoy aún centrado en el, por la carga de trabajo. ¡Es así!
—¿Hay buenas ventas este ano?
—Sí. Es cierto que cada año suben las ventas. Estamos contentos. La gente se anima cada vez más a comprar y no queda ni una semana para el lunes que viene. Aunque son similares las ventas, son mejores que otros años. El balance es bastante bueno.
—Aparte de ventas en Lourenzá, A Mariña y Galicia, ¿cuánto volumen va fuera de zona gallega?
—Realizamos envíos todos los días fuera de Galicia, mucho por esta y otras comunidades. Normalmente, de España. De otros países es bastante raro porque, para empezar, los envíos son mucho más caros y el sorteo es a nivel español, salvo que sea un español que vive fuera del país.
—Le regalé un décimo a una argentina. ¿Qué tendría que hacer si le toca el Gordo?
—Pues tendría que volver porque no puede cobrar en su país, pero con cualquier premio.
—Es inevitable preguntar si ya tiene alguna anécdota curiosa o simpática, o rara que contar...
—(Ríe) No sé qué decir... No recuerdo anécdotas en particular. Todo sigue su curso.
—Pero seguro que tiene clientes con ciertas «manías» que se puedan contar públicamente.
—Sí, sí. Hay mucha gente que busca que los números estén ordenados de menor a mayor o que no se repita ningún número en el décimo que le ofreces... Cosas así. Cada uno tiene sus manías.
«Mucha gente quiere sobre todo los impares: 3, 5, 7 y 9. No sé por qué, pero a min también me gustan. No hay una explicación»
—Supongo que siguen siendo más favoritos impares que pares.
—También. Mucha gente quiere sobre todo los impares: 3, 5, 7 y 9. No sé por qué, pero a min también me gustan. No hay una explicación. Aquí el número que más se vende es el 20.120, de siempre, porque lo compra casi todo Lourenzá.
—La lotería de Navidad, ¿qué representa aparte de las ventas?
—Hay gente que, a lo mejor, no juega nada el resto del año. Hay sorteos cada semana, pero creo que en esto hay algo también de psicológico, porque es un sorteo muy conocido y popular. Quizás no juegan por semana pero en estas fechas sí que piensan ‘tengo que comprar lotería de Navidad’. Como que no es igual que toque por ejemplo un sábado del mes de abril que el día del Gordo.
—También es un premio grande.
—A este sorteo le damos mucha importancia. La gente sabe que cuando llega, tiene que comprar la lotería, adonde vaya o intercambiando con familia o amigos. Como un gasto que en muchos casos ya está previsto. Otra se conforma con que le toquen cien euros. El décimo de los sábados es mucho más barato pero también el premio no tiene nada que ver con el de Navidad.
—Hasta entran las matemáticas, si hablamos de probabilidades.
—Claro, porque de un premio más pequeño hay más probabilidades pues son más terminaciones y más reintegros.
—Y en el hipotético caso de que a usted le tocase el Gordo, ¿qué decidiría hacer en su vida?
—Al final te quedan como unos 330.000 euros, o una cosa así, que tampoco es tanto como para retirarme (ríe)... ¡Que voy a cumplir 40! Eso sí, viviría con muchísima más tranquilidad y holgadamente. Desde luego. No sé que haría, pero en principio seguir trabajando.