El carillón comenzó a tocar sus habituales músicas tres años después de la inauguración del edificio construido entre tres arquitectos
03 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Bajo la imponente escultura angelical de seis metros de altura, que talló José Planes, se muestra un reloj carillón que desde el 6 de diciembre de 1958 no solo ofrece la hora a todos los vigueses sino que se agrega a la propia banda sonora de la ciudad. Negra sombra comenzó a sonar aquel día, pero la sede central de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo llevaba abierta al público desde el 31 de octubre de 1955, coincidiendo con la celebración del 75 aniversario de la institución.
La junta de gobierno de la entidad había sacado a concurso, en noviembre de 1947, el anteproyecto para la construcción de su sede central. El primer premio estaba dotado con un cuarto de millón de pesetas, además de la ejecución del proyecto. Se presentaron 38 proyectos, pero no debieron satisfacer mucho porque en abril de 1948 se declaró desierto el concurso. Sin embargo, algo debió de ocurrir para que algunos meses después se eligiera el proyecto de los arquitectos madrileños Gaspar y José Zarazaga y Manuel Romero Aguirre. A este proyecto se le incluyó la presencia del arquitecto vigués Antonio Cominges, que asumía la realización de la fachada que da a García Barbón.
Las obras comenzaron aquel mismo año y se prolongaron hasta casi diez años después. Sin embargo, la sede central comenzó a funcionar el 31 de octubre de 1955, jornada en la que coincidía el Día Universal del Ahorro. Aún con las plantas superiores en obras, el obispo de Tui, José López Ortiz, bendijo las nuevas instalaciones. Acudieron al acto representantes de la Confederación Española de Cajas de Ahorros Benéficas y de la Federación de Cajas de Ahorros.
Varias sedes
Ese mismo año, el gobierno local otorgó a la Caja la medalla de oro de la ciudad. La anterior sede de la institución viguesa había estado en el edificio donde hoy en día se encuentra el Centro Social Novacaixagalicia. El edificio, proyectado a finales del siglo XIX por Jenaro de la Fuente Domínguez, había sido adquirido por la Caja en 1928 previo pago de algo más de dos millones de pesetas.
Con anterioridad, la caja ocupó diferentes sedes en el centro de la ciudad. Gerardo González Martín señala en un artículo de prensa que el primer emplazamiento fue provisional y cedido, y se ubicaba en una habitación de donde hoy se abre el Marco. Posteriormente, se trasladó a la casa consistorial, cuando esta se situaba entre las plazas de A Princesa y A Constitución.
Cuando en 1955 se inauguraba la nueva sede, la Caja iniciaba un despegue que llegó hasta su desaparición hace unas semana. Mientras tanto, Negra sombra sigue marcado el ritmo de los vigueses.
ERAN OTROS TIEMPOS diciembre 1958