El monasterio de Oia conserva pintadas de presos de la guerra

alejandro martínez OIA / LA VOZ

VIGO

04 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El monasterio de Oia fue de 1937 a 1939 un campo de concentración por el que pasaron más de 4.000 presos del franquismo. Testimonio de aquella época son las pintadas que muchos de ellos dejaron impresas en las paredes del antiguo cenobio cisterciense y que hoy en día se conservan intactas.

Hacinados en unas condiciones infrahumanas, ponían en los muros aquello que más deseaban, como una mesa con un buen plato de comida, el sol, calendarios en los que iban tachando los días que iban pasando o sencillamente su nombre con la fecha en la que entraron. La mayor parte de los reclusos procedían de Asturias y de Cataluña y llegaron en tren hasta el puerto de Vigo, pero sobre todo en dos grandes buques que atracaron en el puerto de Baiona, tras la caída de Gijón y de Barcelona. Muchos eran soldados republicanos, aunque también había civiles, según cuenta el historiador Carlos Méixome, director del Instituto de Estudios Miñoranos, entidad que se ha encargado de estudiar este rastro de la Guerra Civil.

Las condiciones de vida de los refugiados eran terribles, sobre todo coincidiendo con los meses en los que el comandante del campo de concentración era un militar al que llamaban «Capitán Castaña», por las sopas de este fruto cocido que les hacía tomar como único alimento.

Los presos también se veían obligados a ingerir algas de la costa para acallar el hambre, pero les provocaban graves enfermedades intestinales. Los testimonios orales recogidos por el IEM y las actas de defunción que se conservan en el Ayuntamiento de Oia hablan de más de 23 muertos en un corto período de tiempo. Los reclusos dormían todos apelotonados en una sala en el suelo, tumbados en fila unos contra otros ocupando toda la sala, lo que les obligaba a ponerse todos de acuerdo para poder moverse. El campo de concentración se cerró a finales del 39 tras finalizar la Guerra Civil. Después fue una residencia de verano de una familia asturiana.