El Octavio se cita con medio ascenso esta tarde (18.30 horas) en el polideportivo de Navia, una caja de resonancia que se quedará pequeña para el público, que será una caldera para el Huesca y a la que se ha adaptado perfectamente el cuadro local.
En una semana especial, quizás preámbulo de la que se vivirá cuando el ascenso se pueda consumar de un modo matemático, el Octavio sabe que está ante su gran oportunidad. Ganar al Huesca no será definitivo, ni dará ningún título, pero sería un salto descomunal en el camino del retorno a Asobal. Un empate mantendría el pulso y una derrota abriría de par en par el abanico de posibilidades.
Vigueses y oscenses han demostrado ser los mejores equipos con permiso del Teucro y un Anaitasuna que comenzó el curso con el pie cambiado, una buena noticia para los dos contendientes de esta tarde.
Los académico apelan al factor cancha. El pleno de victorias como local es un mejor aval para un equipo que no cambia su filosofía lejos de Huesca, pero que también se ha dejado algún punto por el camino.
A nivel táctico no será una contienda amable para el Octavio. Los de Quique Domínguez son un martillo pilón pero marcando unos tiempos que el colectivo de Nolasco intentará poner en duda con una defensa agresiva y un fugaz contragolpe que exige a los locales reducir al mínimo la pérdida de balones.
Aunque Huesca a lo largo de la semana ha intentado traspasar la presión al Pilotes argumentado que para ellos ya es todo un logro jugar el play off y recordando que son los vigueses quienes tienen la obligación del ascenso directo, en el equipo de Quique Domínguez hay muchos jugadores cansados de disputar partidos determinantes, que ya han vivido otros ascensos vestidos de rojo. Por eso el entrenador piensa en revertir la presión en energía positiva de cara al partido.
De entrada el Octavio no piensa en nada más que el triunfo, pero un final holgado para sus intereses podría tener el premio adicional del golaveraje. Huesca se impuso en la primera vuelta por tres y hacerlo por cuatro o más goles aportaría al equipo vigués el premio adicional de un quinto punto, lo que sería una diferencia casi insalvable cuando restarían cinco jornadas para el final de Liga.
Los dos equipos llegan al completo al encuentro. El perdedor no podrá escudarse en las bajas porque tanto Nolasco como Domínguez contarán con todo su arsenal.