El agua de la traída de Vigo es apta para el consumo a pesar de que salga turbia

Redacción digital VIGO

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El gobierno municipal confirma que no supone riesgo para la salud aunque en varias zonas tenga un cierto color marrón.

11 ene 2011 . Actualizado a las 20:47 h.

Varios vecinos de Vigo se han puesto en contacto en los últimos días con el Concello y con la empresa Aqualia para denunciar el color oscuro del agua de la traída y para informarse sobre su potabilidad. Al parecer la incidencia afecta desde el fin de semana a varias zonas de la ciudad en las que el agua ha adoptado un color marrón y en algunos casos incluso con espuma blanca.

Aunque a muchos de los vecinos que llamaron para denunciar la situación se les aseguró que el agua era potable, esta mañana el número de atención al cliente de la concesionaria recomendaba no beber el agua. En una conversación con este servicio grabada esta mañana por el Partido Popular y reproducida ante los medios de comunicación, una de las operadoras no aconsejaba su consumo ya que estaban pendientes de un informe del departamento de Sanidad que confirmase su potabilidad. Por eso, la oposición reclamaba al gobierno municipal un posicionamiento claro sobre la situación y que se hiciesen públicos todos los datos sobre el estado del agua.

Para acabar con contradicciones, el gobieno municipal vigués ha confirmado a mediodía que «la calificación del agua es apta» y que «la turbidez no significa riesgo para la salud». La autoridad sanitaria provincial recomendó que se esperase a hoy y el gobierno municipal permanecía a la espera de un nuevo informe. El propio alcalde reconocía que no había síntomas de contaminación bacteriológica y que desde ayer se estaban realizando análisis para medir el nivel de turbidez del agua, que se relaciona, en principio, con las fuertes lluvias de la semana pasada.

Aqualia ha remitido esta tarde un comunicado en el que explica que debido a las intensas precipitaciones de los últimos días se ha registrado un aumento del caudal en el río Oitavén, que abastece el embalse de Eiras, lo que provocó una «rápida subida de nivel de agua embalsada». Además, las lluvias generaron arrastres en el terreno que provocaron la turbidez aunque la concesionaria destaca que el agua suministrada está clorada y no supone «ningún riesgo para la salud».