San Francisco montó el Belén

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

22 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El centro San Francisco volvió a cumplir ayer con una liturgia que se repite desde hace ocho años, la escenificación del Belén viviente. En total participaron un centenar de personas, setenta de ellas interpretando a los principales protagonistas de la historia. Se trata de hombres y mujeres con discapacidad intelectual, sensorial y plurideficientes que trabajan en los talleres del centro.

El escenario se montó en el pabellón cubierto de la sede social de Coia. En total 600 metros cuadrados para albergar escenarios tan diversos como Nazaret, el mercado de Jerusalén, el palacio de Herodes, el lago Tiberíades o el campo de los pastores. En los diferentes papeles se metieron Isabel Carballo (Virgen), Cándido González (San José), Gonzalo Martínez (Herodes), María Alonso (ángel), Ana María Freire, Jaime Moscoso y Javier Villar (Magos)...

Una de las novedades de la jornada llegó en el momento de las ofrendas, ya que aprovecharon para estrenar el regalo realizado por unos artesanos de Belén, un cáliz y una patena de madera. La afluencia de público demuestra que la actividad se ha convertido en uno de los referentes navideños de la ciudad.

La que fuera colaboradora de Crónicas Marcianas (que en paz descanse. Crónicas, digo, no Silvia, que sigue vivita y coleando pese a que hace un año la mataron por error en Internet); pues eso, que la Fominaya ejerció ayer de presentadora de libro: Sexo... ¡Naturalmente!, del que es autor el naturópata Javier Akerman y que ella misma ha prologado.

«La sexualidad no tiene fecha de caducidad» es el mandamiento de cabecera de esta nueva incursión literario-saludable de Javier. Bien pudiera decirse que en las siete palabras de esa frase está resumida la esencia del manual, cuyos derechos de autor, fiel a su norma, ha cedido a un proyecto solidario, en este caso a la lucha contra la malaria infantil en África a través de Médicos sin Fronteras.

Dice Akerman que uno de los objetivos que se marcó cuando se puso delante del ordenador a juntar palabras fue descosificar el sexo, porque no es algo banal. «Se puede tratar con humor; de hecho, yo lo hago, pero no banalizar», afirma.

Dice también que en el lector no encontrará en sus páginas sentencias científicas, pero sí cuestiones prácticas y, sobre todo, mucha destrucción de mitos. No olvida dedicar un capítulo a los alimentos que implican un plus en materia de sexo. Prefiere no hablar de productos afrodisíacos, sino de aquellos que aportan más calor al cuerpo, es decir, que favorecen la vasodilatación.

En la lista están, entre otros el jengibre, la canela o el pato. En esa labor de cocinillas que inauguró en su anterior libro, el quinto, Cocina para sanar las emociones, propone Javier algunas recetas. Con todo, la mejor es siempre dar con esa media naranja con la que somos capaces de entendernos sin hablar. Y el sexo es un lenguaje universal. Pues eso.

Al fin ha escuchado la voz de tantos amigos que llevan años pidiéndole que exponga sus trabajos de los que, hasta ahora, solo habían conocido alguna pincelada los asiduos del Hospital Xeral. Y es que Marila era una de las fijas en la muestra de arte anual que se convocaba (quedó en suspenso en el 2009) para el personal del centro.

Confiesa que la afición por la pintura le llegó bien pronto «Mi hermano Carlos empezó a pintar siendo un niño y me contagió», dice. Luego vendrían las clases de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios y la investigación propia con materiales diversos. Y, por fin, la exposición en solitario, que puede contemplarse en la la sala de arte del BBVA (17 a 21 horas) hasta el próximo 7 de enero. Ánxel Huete, que ejerció de presentador de la muestra, reconoció sentirse atraído por la obra de Marila.

Una mezcla curiosa. Es la que piensan agitar mañana (20 horas) en Detrás do Marco. La lectura será cosa de Roma González, empeñada en okupar la nada, en tanto el cabaré lo pondrá Pía Tedesco y su inseparable ukelele. La velada promete.