El deporte extremo toma Vigo

La Voz VIGO/LA VOZ.

VIGO

La cultura urbana y las disciplinas de acción inundan durante este fin de semana la explanada del Náutico con la décima edición del festival O'Marisquiño

07 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Ay, Dios, que se ha caído», exclamaba alarmada una señora que, a su paso por el Náutico, se había parado a ver los primeros entrenamientos de BMX (Bicycle Moto Cross) del festival O'Marisquiño, que comenzó ayer en Vigo. Pero, como dice el último mandamiento del decálogo establecido por la organización del evento, «si te caes, te levantas». Dicho y hecho: «¿Viste lo que ha hecho ahora? ¡El mismo que se acababa de caer!», indicaba la misma mujer igualmente sorprendida, ahora ante una espectacular acrobacia.

Mortales, volteretas y todo tipo de movimientos imposibles sobre bicis y skates abrieron en la mañana de ayer la décima edición del Marisquiño, un evento urbano multidisciplinar que aúna deportes extremos y cultura urbana y que ya se ha convertido en un referente. Decenas de curiosos disfrutaban de la exhibición en la explanada del Náutico, mientras las bicis y los patines inundaban toda la zona. «Es muy divertido y la ciudad está muy animada hoy, parece otra», comentaba Susana Álvarez, de Ferrol. «Yo si lo intento fijo que me caigo a la primera», decía a su lado, impresionado, su hijo Mario.

De los entrenamientos y exhibiciones matinales se pasó por la tarde a las primeras rondas eliminatorias de skate. Y el público se multiplicó a pesar del asfixiante calor que hacía ayer en la ciudad. Un calor que, eso sí, impidió que se desarrollaran los entrenamientos de breakdance, uno de los platos fuertes de la jornada de hoy, cuando ya habrá competición.

Entre los participantes, deportistas llegados desde todos los puntos de la geografía española e incluso de otros puntos del resto de Europa. Desde las gradas, aunque con idéntico equipamiento que los competidores, numerosos aficionados. «Venimos todos los años a verlo, pero no tenemos práctica suficiente. Quizás para la próxima edición», decían Adrián, Ángel y Pedro, vigueses de 15 años.

Genial

Sobre el Marisquiño, opiniones unánimes: «Está genial que haya algo que haga que Vigo no esté muerto», explicaba uno de los chicos. «Antes era algo minoritario, y está muy bien que ahora se creen espacios para este tipo de deportes en vez de que se anden rompiendo la crisma por las aceras», coincidía otra espectadora mientras seguía las acrobacias de las bicis con curiosidad.

En el Marisquiño volverá a haber este año espacio para los graffitis, el descenso urbano o el parkour -consistente en cruzar la ciudad en línea recta salvando cualquier obstáculo mediante saltos y acrobacias- y, como novedad, una rampa de motocross de 25 metros de largo que permitirá a los participantes alcanzar los nueve metros de altura. «Es un gran atractivo para el evento por su envergadura y su situación al borde del mar», explicaba el director del festival, Carlos Domínguez, Pity.

«La participación ha aumentado considerablemente respecto a años anteriores, e incluso hubo que limitar el número de inscritos por la imposibilidad de cortar tantas calles en la ciudad», añadía satisfecho el responsable del certamen.