¿Por qué está tan fría el agua de la ría?

Míriam Vázquez Fraga VIGO/LA VOZ.

VIGO

El fenómeno del afloramiento costero explica las bajas temperaturas del mar en los arenales vigueses

22 jul 2010 . Actualizado a las 11:22 h.

El agua del mar en Galicia está fría, y Vigo no es una excepción. El mismo comentario se oye cada verano tanto entre los bañistas locales como, más especialmente, entre los llegados de fuera. Pero a ninguno le falta razón.

El motivo de estas bajas temperaturas tiene nombre: afloramiento costero. «El viento del norte hace que las corrientes se transporten hacia arriba, de manera que se produce este fenómeno consistente en masas de agua fría que ascienden desde el fondo hasta la superficie», explica el científico del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, del CSIC, Miguel Gil.

Al contrario de lo que pudiera parecer, las temperaturas en invierno descienden todavía más. «Mientras que en verano el sol ayuda a calentar algo el agua, su ausencia en esta otra estación contrarresta el que en ella se dé el afloramiento de manera más puntual: es como las lluvias del los meses estivales: se produce, pero menos», explica. «La gente se sorprende cuando encuentra el agua helada en un día de calor, pero si no fuera por el sol, sería todavía peor», advierte.

Tampoco durante el verano la temperatura se mantiene constante. «Oscila, según los días, entre los 14 y los 20 grados -frente al intervalo invernal de 15 a 17-. Aparte de esto, la sensación térmica no será la misma a las tres de la tarde después de torrarte al sol, que a última hora un día nublado aunque el agua esté igual», dice Gil.

Agua fría y biodiversidad

Aunque a priori el hecho de que las aguas atlánticas estén frías pueda parecer una desventaja, resulta en realidad algo muy positivo para las Rías Baixas, pues aumenta su productividad. «A través del afloramiento, el agua fría sube del fondo cargada de nutrientes», explica el científico. Esto favorece el crecimiento de las especies, incluido el marisco, y da lugar, además, a grandes pesquerías. «El fitoplancton necesita alimento y luz, pero cuando baja al fondo a por los nutrientes le falta luminosidad, mientras que gracias al afloramiento logra ambas cosas a la vez», concluye.