La revista casera que dirige Carlos Fernández se lee hasta en Iowa

Soledad Antón soledad.anton@lavoz.es

VIGO

17 jun 2010 . Actualizado a las 19:48 h.

Para más señas con vistas a la ría y en especial a los astilleros de Beiramar. Es el paisaje que contempla Carlos Fernández desde la ventana de su casa cada vez que se sienta ante el ordenador para dar forma a Hush Magazine, la revista que, con periodicidad semestral (creo), se edita con lo último de lo último de la saga Purple.

Con grandes dosis de entusiasmo, muchas horas robadas a su tiempo de ocio y contadísimos recursos económicos como únicos mimbres, Carlos y su equipo (Majo, Luis, Nani, Susi, Nardo, Rubén, J. Killer...) sacan adelante un producto más que digno. En total 68 páginas de apretada información (y letra pequeña) para intentar que salga todo.

Estos días acaba de ver la luz un nuevo número en el que, por razones obvias, Vigo está muy presente. En un reportaje de seis páginas, con abundante y documentado material gráfico, se recogen todos los pormenores del concierto que ofreció en la ciudad Ian Paice, incluida la visita que el batería realizó al templo hispano de los adictos a la banda, esto es, a casa de Carlos.

Seguro que gracias a Hush Magazine más de uno nos pondrá (a Vigo, digo) en el mapa. Y es que, pese a la precariedad de medios de la que antes hablaba, la revista llega a los sitios más insospechados. Sin ir más lejos, no hace mucho que recibieron un correo desde Iowa. Lo firmaba Johnnie Bolin, hermano del desaparecido Tommy Bolin. Quería no sólo agradecer el reportaje que le habían dedicado a su hermano (al parecer el más completo publicado en Europa sobre la figura del guitarrista), sino pedir permiso para plasmar la portada en las camisetas oficiales conmemorativas del Tommy Bolin Memorial Festival 2010. Claro, le dijeron que sí.

Pero aún hay más, ya que también se puso en contacto con Carlos una emisora de Kansas. Querían hacerse con una decena de ejemplares del número en cuestión (el 34) para regalar entre sus oyentes. Por supuesto, también se las enviaron. «¡Se nota que allí aún recuerdan a Bolin!», dice Carlos. A una servidora no le extraña tanto que en su tierra no hayan olvidado al músico, fallecido en el 76, como que sepan que a este lado del Atlántico hay un puñado de forofos deepparpleros que están haciendo un buen trabajo con elementos de andar por casa. Y nunca mejor dicho.

Pero ojo, ese trabajo podría acabarse si los medios siguen siendo tan precarios. «Hacen falta más socios. Así no podremos seguir adelante. Las cuentas no salen», se lamenta el director de la publicación, que lanza un S.O.S. «Si quieres seguir leyendo Huhs hazte socio. Entre todos podemos salvar este club que lleva 16 años en el frente musical escrito». El que avisa...

Un equipo de localizaciones de exteriores visitó hace un tiempo el pazo Casanova y los viñedos que lo rodean. Aunque no desvelaron de qué iba exactamente el proyecto, sí dieron algunos datos que a las personas que les acompañaron en el recorrido (ese día no estaba en la bodega Luis Carlos) les sonaron a posible película de Almodóvar. Porque lo que sí dijeron es que estaban buscando escenarios para filmar a Antonio Banderas. Y como resulta que el malagueño está a punto de iniciar rodaje a las órdenes del manchego...

Siguiendo la máxima periodística de beber (siempre que sea posible) directamente en las fuentes, llamo a Luis Carlos de la Peña para saber si es cierto que Almodóvar plantará las cámaras en su casa. «Es cierto que alguien vino a verla, pero nada más», afirma. Añade que no le haría ascos a un rodaje, «pero lo mío es el vino», subraya.

Aunque muchos no lo sepan, es un mundo al que llegó hace tiempo. Antes que a la política. Participó a principios de los 90 en el entonces proyecto incipiente de Terras Gauda hasta que, hace justo una década, opto por el vuelo en solitario tomando el testigo de la saga familiar que, durante generaciones, cultivó las tierras del pazo Casanova. Una vez puesto en valor el producto de las viñas, está ahora empeñado el ex alcalde baionés en hacer lo propio con el pazo, cuya rehabilitación ya es visible en parte del inmueble.

Al margen del vino, a De la Peña le interesa el mundo de la hostelería. Su última apuesta en este terreno ha sido la adquisición del hotel Tres Carabelas, uno de los clásicos de Baiona, que ha transformado en temático, con el mar como telón de fondo. Carlos Mosquera se ha inspirado en una docena de personajes (reales y de ficción) tan conocidos como Julio Verne, Pinzón, Darwin, Magallanes, Corto Maltés o Robinson Crusoe, para decorar otras tantas habitaciones. «Un municipio tan marinero tenía que tener un proyecto como este», dice De la Peña. Estamos de acuerdo.