Llega a Baiona tras nueve años peregrinando por la esclerosis

VIGO

Un toledano dedica su vida a caminar hasta los santuarios religiosos para demandar más cuidado a los enfermos

10 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El peregrino de la esclerosis múltiple ha pasado por Baiona. José María Arroyo tiene 64 años y los últimos 9 los ha dedicado a desplazarse entre los lugares de devoción más importantes de la península haciendo oír su demanda por una mayor investigación de esta enfermedad y que se mejore la atención a quienes la padecen.

Decidió emprender esta lucha cuando le diagnosticaron la enfermedad a su hija, pero no lo hace solo por ella, sino por las más de 40.000 personas que la padecen en toda España. Procede de Talavera de la Reina, en la provincia de Toledo, donde tiene el punto de partida y de llegada de todas sus peregrinaciones. Santiago de Compostela, Fátima, Lourdes, e incluso ha llegado hasta Roma llevando su mensaje de solidaridad con los enfermos de la esclerosis múltiple. Un cartel que lleva en la mochila a sus espaldas reza «esclerosis múltiple, más investigación».

«Espero que algún día me escuchen», afirma cuando ya ha perdido la cuenta de todos los kilómetros que ha recorrido con su particular lucha. Lo que sí ha podido ha sido experimentar la hospitalidad de muchas personas que se ha encontrado a su paso después de tantos años peregrinando. «Hay gente muy buena», sentencia.

La Xunta ha declarado oficialmente desde este año el camino portugués de la costa, pero José María Arroyo ya ha pasado varias veces por Baiona, que denomina como su «cuartel general», y donde ya ha hecho muchos amigos. Aún así el camino a veces no es fácil. «A veces hay gente que te desprecia y que te quiere echar a patadas cuando te ve llegar demacrado por el cansancio», afirma.

Alojamiento

El hotel Anunciada es uno de los lugares en los que suele buscar hospedaje cuando llega a la villa turística y para descansar de unas jornadas que rondan los 60 kilómetros diarios.

«Voy a continuar hasta que Dios me deje, es el que manda», afirma.

Dice que no parará hasta que no vea que la sanidad pública pueda dedicar una adecuada atención a los enfermos de esclerosis múltiple. «Es lamentable, si no fuera por el seguro privado que pago yo, mi hija ya estaría en una silla de ruedas», critica el peregrino.

José María Arroyo continuará andando por los caminos luchando por una esperanza para los enfermos y dentro de unos meses volverá a pasar por O Val Miñor.