«Nada revela tanto nuestro carácter como la voz»

VIGO

La escritora y actriz acaba de publicar un nuevo libro e imparte cursos donde los alumnos aprenden a conocer su voz y comunicarse mejor con su entorno

22 mar 2010 . Actualizado a las 11:49 h.

La voz y la palabra son los tesoros más apreciados por Alicia Borrás, dones que comparte con los demás a través de sus facetas como escritora y como profesora en talleres de voz expresiva. La viguesa es actriz de doblaje. De hecho fue una de las pioneras en este campo en Galicia, aunque ahora forma parte de su pasado. Siempre ha estado en contacto con el ambiente teatral a través de diferentes proyectos, como la Escuela de Teatro de Nigrán, que llevó durante diez años, pero últimamente es la voz ajena la que ocupa parte de su tiempo.

Los cursos que imparte periódicamente en el Centro Social Caixanova surgieron «porque se me ocurrió que era una manera de que la gente conociera su propia voz». Primero los hizo más enfocados hacia el teatro, y después para todo el mundo. «Una voz expresiva es una voz natural, libre. Yo huyo de las teorías que dicen que hay que educarla, corregirla y dominarla. Lo que hay que hacer es liberarla, soltarla, y para eso tienes que conocerla, escucharla y amarla», asegura.

Conocer la voz

Alicia Borrás habla con entusiasmo de este trabajo: «Nada revela tanto nuestro carácter como la voz. Es una extensión de nosotros mismos. Con ella comunicamos, herimos, asustamos, divertimos, animamos... Si nos diéramos cuenta de todo lo que hacemos a lo largo del día con ella, le prestaríamos un poquito más de atención. Siempre nos defendemos de ella, como cuando la escuchamos grabada y no nos reconocemos», aclara.

La actriz pretende que el alumno sepa cómo querer un olvidado elemento sutil que de tanto nos sirve en nuestra vida, «porque con ella optamos a un puesto de trabajo, enamoramos, seducimos y encantamos». Así, a lo largo de diez sesiones, la gente aprende a liberarla y a hacer que suene clara, «que es fundamental porque nadie te atiende si no te entiende», razona. Pero la especialista asegura que sus lecciones no tienen nada que ver con los cursos para aprender a hablar en público: «No, es hablar para otro, y para ti mismo. Que tu voz resulte apetecible oírla, sin imitar a nadie, buscando tu manera de decir», cuenta. «En las clases descubrimos el placer inmenso de leer en voz alta, que te enamores de lo que lees y que seas capaz de transmitirlo. Me apetece mucho escribir un libro sobre todo esto», añade. A sus talleres acuden todo tipo de personas: «Vale para los actores pero es útil para todo el mundo y también para los verdaderos profesionales de la voz que son los profesores, ya que están todo el día ante un público normalmente poco entregado. Normalmente proyectan mal su voz. No es gritando como llegas a los demás», indica. Alicia también apunta que a los políticos les vendría maravillosamente bien saber utilizar sus voces para que suenen de una forma normal y natural, algo muy difícil de oír en ese gremio. En 1998, Alicia Borrás fue finalista del Premio Lazarillo de Creación literaria con la obra Versos graciosos, sabrosos y jugosos . «Eso fue lo que me animó a publicar porque hasta entonces escribía porque necesitaba hacerlo y porque me divertía. Lo hago desde pequeña, no puedo parar, me encanta. Y cuando descubrí que también podía publicar, me empezó a apetecer que lo que contaba pudiera llegar a los demás», recuerda.

Libros, libretas y lápices

La mayor parte de la producción de la autora está enfocada hacia el público infantil a través de cuentos y poesía, pero no únicamente. Su último libro, que acabar de presentar, O mar é noso , editado por Galaxia, es una colección de relatos breves que beben de la tradición oral popular mezcladas con la propia libertad creadora. «Son ideales para contar», asegura.

Alicia Borrás no es coleccionista, pero sus amores son los libros y las libretas que siempre lleva encima para apuntar ideas. «Escribo siempre con lápiz, me encanta. Mis poesías las hice siempre con ellos, desde niña. Hacía poesías para toda la familia, constantemente. Y luego tenía la suerte de saberlas transmitir. Soy contadora, y cantadora sin música, porque sin música también se puede cantar», declara.

Leer, un placer necesario

Su otra pasión es la lectura. «Creo que nadie puede escribir sin leer. El bagaje que te da la lectura es absolutamente necesario. Para mí es un placer necesario. Tener un libro nuevo me provoca la misma maravillosa sensación que puede producir a otros tener un viaje planeado. Yo viajo con los libros. Hay un erotismo inmenso en cada lectura», admite. La autora recuerda que ha leído mucho desde que era una cría. «Leía de todo. Ahora me encanta descubrir la lectura de una forma más selectiva, es decir, saber que lo que leo me está aportando algo, aunque también devoro novelas de puro entretenimiento», confiesa. Para mí, cuando un día que me quiero hacer un regalo, me meto en una librería. Ayer tuve ese día. Me hace muy feliz leer», confiesa. Pero también reconoce que le falta tiempo. «Leo con una luz pequeñita para no molestar. De niña leía debajo de las sábanas, pero siempre leía. Quizá no tengo una gran cultura, pero humanamente, los libros me lo han dado casi todo», asegura.