Un supuesto inversor ofrece 200.000 millones por todo el naval de Vigo

M. Sío Dopeso / Luis C. Saavedra

VIGO

15 mar 2010 . Actualizado a las 21:40 h.

La industria naval de Vigo tiene precio: 200.000 millones de euros. Esa es, al menos, la cantidad que un supuesto grupo inversor está dispuesto a pagar por hacerse con toda la capacidad productiva de astilleros y auxiliares, con el objetivo de construir una megaflota de más de 200 grandes buques de alta tecnología.

La oferta está ya sobre la mesa de grandes empresas de la ría como el astillero Hijos de J. Barreras, la consignataria Vasco Gallega, firmas auxiliares del naval y sindicatos como CC.OO. y podría llegar en próximos días a la propia Autoridad Portuaria si prospera las reiteradas solicitudes de audiencia cursadas por el presunto grupo de capital riesgo que, según las explicaciones dadas por un supuesto representante a distintos empresarios de Vigo, estaría defendiendo los intereses financieros de la iglesia ortodoxa rusa.

En todos los casos, el presunto presidente general de la hipotética compañía inversora deja una tarjeta de presentación firmada por Bhicupia Internacional Corporación Asociación, con sedes en África, Europa, Asia y Oceanía, además de los datos de una dirección electrónica de gmail y de un número de móvil.

Según los testimonios de los empresarios a los que ha tenido acceso la presunta corporación, el planteamiento de partida es convertir a Vigo en el epicentro de un gran consorcio internacional, en alianza con un nuevo astillero en Kaliningrado, para abarcar una cartera de pedidos de construcciones off-shore, ferris y todo tipo de grandes buques. «Asegura que detrás de este grupo hay gente muy importante, y se ve que está muy informado de la situación de los astilleros y de las auxiliares, pero al intentar indagar más sobre los inversores, se cierra en banda», explica uno de los empresarios en referencia al supuesto presidente de la hipotética corporación Bhicupia Internacional. «Lo he tenido en mi despacho hasta en tres ocasiones, y le he llegado a decir, `dame un nombre y un número de teléfono y me voy contigo ahora mismo a kaliningrado', pero nunca ha traído ningún documento que acredite nada de lo que está diciendo», relata otro empresario. Las fuentes consultadas aseguran que en ningún momento el supuesto representante de la sociedad de inversión ha solicitado aporte económico alguno, por lo que, de entrada, descartan que se trate de un intento de fraude. Eso sí, alertan de que las averiguaciones realizadas hasta el momento para hallar la razón social o algún contacto en Rusia con al citada corporación Bhicupia han sido infrustuosos.